Juan Pedro Oriol / Hay que actuar

AutorJuan Pedro Oriol

Un bombardeo de ideas, reflexiones, anécdotas, lecciones de vida... Todo para crear conciencia. Es apabullante mirar el escenario mundial y darse cuenta de algo: los modelos de vida vigentes han relegado en segundo plano a la persona y todo lo que ésta representa. Parecen estancadas las nuevas formas de hacer cultura. La dignidad humana es tema obsoleto, adorno de vitrina que muchos ojos ven, y luego pasan de largo. El trabajo, la realización personal, están muy por encima de la familia; no hay equilibrio. Las acciones comprometidas, serias y respetables que buscan construir condiciones para alcanzar una paz sostenible siguen brillando por su ausencia. Y qué decir del letargo en el que han caído los valores cívicos y morales en el mundo de hoy. Y ante esta realidad, Foromás+ se ha presentado como respuesta a las anteriores cuestiones que siguen preocupándonos.

Da gusto volver a confirmar que hay muchos corazones nobles que quieren apoyar este tipo de causas. Empresarios, profesionales, periodistas, artistas, filósofos, publicistas, políticos, mujeres conscientes de su capacidad y de su papel en la vida de la sociedad y de la familia.

Foromás+ continúa en la vida de los participantes y se perpetúa en cada una de las acciones, en cada uno de los pensamientos, en cada una de las personas que atinaron en asistir y enriquecerse con conferencias de alto nivel. Los participantes son ahora los que llevan la tarea de transmitir las verdades de vida presentadas durante el foro. Son ellos los que ahora suben al podio del hogar, de su trabajo o escuela, y con el ejemplo predicarán todo cuanto sus oídos, ojos y corazón vivieron durante tres días. Esa es su tarea.

Debo mencionar que entre tantas presentaciones excepcionales, destacaron las del Dr. Enrique Rojas. Su preparación humana y académica le lleva a hacer mucho bien a quienes lo conocen por sus libros, sus consultas y sus conferencias. Siquiatra humanista, que se ha dado a la difícil tarea de conocer por dentro y por fuera a la persona, enriqueció a todos los presentes. Habló del amor, la personalidad, la madurez, la sexualidad, la inteligencia y el arte de vivir.

Por ejemplo, comentó, entre tantas anécdotas, que desde la muerte de Tomás Moro, Inglaterra no ha tenido un hombre tan valioso ni tan grande como él, simplemente porque Santo Tomás fue un hombre coherente, que no renegó de sus principios y murió solo, arruinado, en una fría cárcel de Londres. Con mucha chispa, afirmó que la felicidad se...

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