Juan Pedro Oriol / Los 80 del Papa

AutorJuan Pedro Oriol

No hubo ninguna celebración extraordinaria ni fuera de lo común. No se organizó una gran fiesta. No hubo luces, cámaras ni micrófonos.

El cumpleaños del Papa Francisco no pudo pasar desapercibido ayer como él quería y una vez más se mostró al mundo como un hombre sencillo que le gusta mucho más estar fuera de los reflectores y, de paso, sin quererlo, predicar con su ejemplo.

Francisco ha cumplido ayer 80 años. Y aunque muchos desearían haberle dado un abrazo, el Vaticano anunció que no se llevaría a cabo alguna celebración fuera de lo habitual: la celebración de la Eucaristía de acción de gracias, la bienvenida a algún jefe de Estado y una comida con sus colaboradores. Eso sí, creó un correo electrónico para recibir felicitaciones. Y hasta ayer, ya rebasaban el millón.

El Papa decidió comenzar su día invitando a desayunar a ocho personas sin hogar -que suelen dormir bajo la columnata de la Plaza de San Pedro- en la Casa Santa Marta. Entre las ocho personas invitadas por Francisco se encontraban cuatro italianos, un moldavo, dos rumanos y un peruano. Para despedirlos, el Papa les regaló dulces argentinos. Y les platicó que durante el día, en algunos albergues y comedores de Roma, se serviría un pastel de cumpleaños y se entregaría a cada uno de los que allí se alojan una imagen de la Sagrada Familia y un pequeño regalo. Con este detalle, Francisco quiso enviar un mensaje: en esta Navidad, nadie que sienta el amor de Dios hecho niño debe sentirse solo.

Precisamente durante este último año de su vida, Francisco se ha ganado el cariño no sólo de millones de católicos sino de todos los que han escuchado y palpado su latente preocupación por los más olvidados y por los que sufren. Al terminar el desayuno, pidió un solo regalo: oraciones y ayuda a los que nada tienen. Y recordó que en su viaje a Filipinas, en 2015, la multitud le aclamaba con profunda alegría: "¡Lolo Kiko, Lolo Kiko!" ("abuelo Francisco, abuelo Francisco").

En la mente y el corazón de Francisco están también presentes los ancianos que sobreviven alrededor del mundo en el abandono, la soledad y la...

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