Juan Parra: Un caso como muchos

AutorSergio Patiño

¿Qué fue primero, el huevo, o la gallina? Este es, sin duda, uno de los mayores enigmas de la humanidad y quizá no haya respuesta a la incógnita, así como la de saber por qué un futbolista no puede jugar porque no sabe dónde quedó su carta.

Cuando Juan Parra se integró a la plantilla del equipo de Tecos en enero de este año, el mediocampista se topó con una pregunta obvia por parte de un reportero: "¿Vienes a préstamo?".

Lo más extraño es que el jugador no tenía respuesta al cuestionamiento, así que se encogió de hombros y sonrió. Su carta está atorada entre la Promotora Deportiva Guadalajara y el Club Puebla.

¿Y qué fue primero, el huevo...? La respuesta no la han encontrado los directivos del futbol mexicano a lo largo de seis meses, tiempo en el que Parra se ha quedado parado porque no hay club que se haga responsable de otorgarle contrato o, simplemente, su libertad para jugar en cualquier otro equipo.

Mientras el enigma se resuelve, el volante se queda sin trabajo y, por ende sin el dinero que le otorgaría la profesión a la que le ha dedicado toda su vida: el futbol.

Sin estar preparado para esta extraña contingencia, el jugador vive desde hace medio año con base en sus ahorros y presenciando cómo se acerca el Draft y no sabe aún si podrá contratarse con otro club en esa fecha.

¿Quién es Juan Parra?

Seguramente lo recordará si lo ubica dentro de la escuadra campeona de Tecos de la UAG en 1994 y años posteriores.

Su convocatoria al Seleccionado Nacional Juvenil, que asistió al Mundial de 1991 en Portugal, le valió su primer contrato en Primera División, en la UAG, donde permaneció por espacio de siete años.

Su privilegiada pierna derecha y trabajo en medio campo lo mantuvieron en el cuadro titular hasta que salió comprado por el Guadalajara en 1997, después de salir a préstamo al Celaya por un año.

Después de jugar en el primer equipo de Chivas y el la filial de Primera A, Nacional de Tijuana, la carta de Parra fue adquirida por el Puebla FC cuando José Mari Bakero era el técnico.

Su carta estaba tasada en 400 mil dólares, cifra registrada en la papeleta de transferencia del Draft para el campeonato de Invierno 99, en la que el Guadalajara cedía todos los derechos del jugador al club poblano, encabezado por Francisco Bernat.

En enero regresó a casa y firmó un nuevo contrato con Tecos, después de que la directiva de Puebla le informó que ya no entraba en los planes del timonel Mario Carrillo para el Verano 2000.

Pero grande fue su sorpresa al enterarse de que no podía hacer válido el contrato firmado con al universidad, porque el Puebla no había liberado su carta. Esperó meses y el estratega Rafael...

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