Juan E. Pardinas / Transa y trámites

AutorJuan E. Pardinas

La mayor banda de extorsión en México sobre negocios medianos y pequeños no son los zetas, sino las autoridades corruptas en municipios y delegaciones. El proyecto de Justicia Cotidiana, coordinado por el CIDE, puso luz en una llaga abierta de nuestra sociedad y economía: el espíritu empresarial de nuestro país está castrado por la ubicua voracidad de tribunales y gobiernos locales que extraen rentas de la economía legal.

"Decidí no dar mordida. El precio de mi decisión fue pagar un año de renta, con todo listo, pero sin tener el permiso para poder abrir mi negocio". El testimonio es de una empresaria del Distrito Federal que me pide no dar mayores referencias sobre su giro o la delegación donde se prolongó por 12 meses su trámite de apertura. Al ver algunas entrevistas en video del proyecto de Justicia Cotidiana parecería que las personas grabadas a cámara son soplones de la mafia que buscan permanecer en el anonimato con sus rostros borrosos en las pantallas. Sin embargo, los testimonios grabados no son de testigos protegidos sino de personas que anhelaban transformar en realidad sus aspiraciones empresariales. Por miedo a represalias burocráticas o judiciales, varios de los empresarios entrevistados optaron por aparecer con su identidad oculta.

Como sostiene Salomón Chertorivski: "Quien arriesga su dinero y patrimonio, quien invierte, y produce, dentro del marco de la ley... es un agente del bienestar colectivo". Una de las obligaciones primordiales del Estado debería ser proteger a la economía legal como un bien público fundamental. Sin embargo es la propia autoridad quien se dedica a obstaculizar la inversión y vulnerar la economía formal.

Un empresario, grande o pequeño, es una persona con vocación de enfrentar riesgos y adversidades. Las condiciones de mercado o la competencia son algunos de los retos inherentes que enfrentan el dueño de un modesto taller o el CEO de una empresa con operaciones globales. En un Estado donde el derecho es una norma cotidiana, la autoridad es un referente de confianza y certeza. Donde no hay derecho, las autoridades se convierten en una fuente adicional de incertidumbre. Para un empresario modesto, sin un departamento jurídico...

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