Juan E. Pardinas / Un paso

AutorJuan E. Pardinas

La decisión del presidente Calderón de suprimir tres secretarías de Estado es el cambio más importante a la administración pública en las últimas décadas. El rediseño en el organigrama del gabinete puede generar ahorros en el mediano y largo plazos. Sin embargo aún falta mucho para mejorar la calidad y eficiencia del gasto gubernamental en México. Los presupuestos de las secretarías de Función Pública, Reforma Agraria y Turismo sumaron, en 2009, 11 mil millones de pesos. Esto representa menos del 1.5 por ciento del gasto total del Ejecutivo federal, pero si se suman estos ahorros a lo largo de los próximos 10 años el monto se torna significativo. Hubiera sido deseable que la desaparición de la Secretaría de la Función Pública llevara a fortalecer a la Auditoría Superior de la Federación, como órgano clave en la rendición cuentas. Sin embargo, el presidente Calderón optó por mantener el control sobre los procesos de auditoría interna del Ejecutivo federal.

No debemos subestimar el impacto de la decisión. Reformar un solo renglón del presupuesto significa afectar la vida e intereses de miles de personas que, para bien o para mal, se benefician del ejercicio de estos recursos. Nuestra transición a la democracia no vino acompañada de una reforma en el uso del gasto público. Las inercias presupuestales del siglo XX todavía determinan el destino de nuestros impuestos en el siglo XXI. Cambiar estos patrones de comportamiento en la inversión y el dispendio público significa realizar cientos de cirugías sobre el presupuesto. Es un camino largo, donde se dio el primer paso. Desaparecer tres secretarías de Estado es apenas la incisión superficial del bisturí.

Para hacer una reforma presupuestal se requiere tener información transparente y detallada sobre el impacto que tienen los destinos del erario. A pesar de los avances en el tema de la transparencia de la información pública, todavía falta mucho por hacer para que este progreso sea útil y relevante para la gran mayoría de los mexicanos. Hoy podemos saber a detalle el gasto en la residencia presidencial, pero es prácticamente imposible conocer el presupuesto...

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