Juan E. Pardinas / Las lecciones de Uganda

AutorJuan E. Pardinas

En las décadas de los cincuenta y sesenta del siglo pasado, la economía mexicana era comparada con países europeos como Italia, Grecia y Portugal. Cuando estas naciones del Mediterráneo dieron un salto en su nivel de desarrollo, Chile se convirtió en el parámetro favorito para medir los avances y pantanos de nuestro desempeño económico. Pasaron los años y llegaron China e India. Con su vertiginoso crecimiento, ambos gigantes se volvieron la medida para comparar el éxito en inversión extranjera, exportaciones y aplausos de la prensa internacional. La violencia del crimen organizado abrió una nueva vertiente de analogías y paralelos: la colombianización de México se volvió un recurrido lugar común para intentar resumir la tensa situación de nuestro país.

En el 2009, por primera vez me tocó leer una comparación de México con un país africano. Ocurrió en el diario español El País en una nota sobre las elecciones presidenciales en Sudáfrica. John Carlin, una de las plumas más importantes del diario madrileño, escribió un reportaje sobre el anfitrión del Mundial y su polémico líder Jacob Zuma. En dicho texto, Carlin incluyó la siguiente frase: "En cuanto a la salud del Estado de derecho (en Sudáfrica)... sigue siendo con mucho más robusta que la de México, un país de características económicas similares" (12/IV/2009). Mientras la clase política mexicana no logre ponerse de acuerdo para impulsar los cambios que el país requiere habrá que acostumbrarnos a comparaciones que antes nos hubieran parecido impensables.

Además de ser un parámetro de analogías, África es también un ejemplo de políticas públicas que ofrecen buenos resultados. En 1998, un estudio en Uganda sobre el gasto público en educación arrojó un dato espantoso: las escuelas primarias recibían sólo un 20 por ciento del dinero que les correspondía para materiales, mantenimiento y gastos no vinculados a la nómina de los maestros. El otro 80 por ciento del presupuesto asignado se perdía entre las uñas largas de la corrupción y las negligencias del despilfarro. El gobierno de Uganda se puso las pilas y decidió tomar una medida sencilla pero revolucionaria: hacer transparente el presupuesto por escuela. Por medio de desplegados en prensa y periódicos murales en los planteles, cada colegio estaba obligado a comunicar sus transferencias financieras a padres y alumnos. La medida generó mayor participación...

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