Juan E. Pardinas / El chef, Bichir y el ajolote

AutorJuan E. Pardinas

Un renacuajo sonriente me dio la bienvenida a Londres. En el otoño de 2011 al aterrizar en Heathrow, el aeropuerto de la capital británica, me encontré ante una costosa y omnipresente campaña de publicidad protagonizada por un simpático ajolote. ¿Qué vendía esa larva de anfibio? El renacuajo cumplía con la función de ser embajador turístico de México ¿Quién pagó los anuncios con el incipiente batracio? Todos esos comerciales los pagaste tú con tus impuestos. Junto a la foto del bichito subacuático se leía, en inglés y con letras chiquitas, que México es unos de los 5 países con mayor biodiversidad en el planeta.

Me imaginé al tipo de turista que le dice a su esposa: "¡Mi amor, qué crees, en México hay ajolotes! Voy a pedir vacaciones. Tenemos que apartar nuestro vuelo desde hoy". Después mi imaginación trató de recrear la sala de juntas de la agencia de publicidad, donde un grupo de "creativos" escogió la foto del renacuajo como el mejor anzuelo para pescar viajeros: "Tenemos que pensar fuera de la caja. México es más que pirámides, playas y mariachis. La imagen que se debe proyectar al mundo es la de un carismático gusarapo".

En desagravio del renacuajo y del publicista es justo reconocer que, en 2011, México recibió 22.67 millones de turistas internacionales, cifra récord desde 1980, cuando se empezaron a realizar estas mediciones. Más allá de mi incapacidad para entender el magnetismo mercadológico de un ajolote es un hecho contundente que nuestro país tiene problemas de imagen. La espiral de violencia de los últimos años se ha convertido en la narrativa más persistente de México en el mundo.

Ante una circunstancia de decenas de miles de muertos, ¿resulta frívolo preocuparnos de los problemas de la imagen que tiene nuestro país? El turismo representa cerca del 9% del PIB nacional, es el imán de una tercera parte de las divisas y genera cerca de 2.5 millones de empleos. En 2011, la Inversión Extranjera Directa representó un total de 19 mil 439 millones de dólares. Las decisiones de viajar o invertir en un país están fundamentadas en percepciones basadas tanto en hechos como...

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