Juan García de Quevedo / El paraíso perdido

AutorJuan García de Quevedo

Algo no funciona en el equipo de campaña de Arturo Zamora. Posiblemente la concentración de poder y responsabilidades del señor delegado y coordinador de la campaña del candidato Zamora, Manuel Cavazos Lerma. Por un lado, el manejo de las encuestas está haciendo crisis, y por el otro, los derrotados no encuentran explicación, razones y argumentos para su derrota, pero menos aún la mano comprensiva y reflexiva que los incluya en el proyecto político. Y según varios afirman, se ha roto una regla de oro de la política que para muchos políticos era esencial, así como para otros lo esencial es justamente lo contrario a esta regla. La regla dice que el que reparte el pastel lo hace a condición de saber que al repartidor no le debe tocar nada. Esa era la regla para repartir con justicia, con equidad. Para otros políticos, la regla es que el que reparte el pastel casi se lo come todo o lo reparte para comérselo.

En fin, entre encuestas y dineros algo anda mal.

Por otra parte, los rumores se apoderaron de la última visita del candidato a la Presidencia, Roberto Madrazo. Algunos opinan que fue una verdadera malla de protección para el candidato Zamora. Es decir, al anunciar Madrazo el golpe o su posibilidad, estaba estratégicamente protegiendo a Zamora en tanto que golpe político que se avisa deja de tener efecto, por lo menos un efecto devastador. Se entiende que Madrazo quiso blindar a Zamora. Sin embargo, los rumores ganaron terreno y, lo más grave, envolvieron al equipo de trabajo del candidato y el delegado del partido y coordinador de la campaña simplemente ni puso orden ni clarificó las cosas. El impacto mediático fue grave. Lo mismo se decía que Madrazo iba a nombrar un candidato sustituto o que había guerra entre Madrazo y Zamora. En fin, los rumores tomaron tal proporción que Zamora fue intempestivamente a registrar su candidatura. Es decir, con esa conducta estaba señalando que algo grave podía pasar.

Nadie aclaró nada, nadie por parte del partido dijo nada, nadie de su equipo dio alguna explicación sensata y razonable.

Sucede que todos andan tras su interés y muy pocos pensando en el interés del candidato Zamora. Días y días en la especulación, con la prensa desatada en hipótesis y más rumores. Todo esto verdaderamente irracional, después de una campaña repleta de rumores y golpes bajos que tuvo que vivir el precandidato Zamora. Y una vez ganada la contienda interna se regresa a lo mismo: el rumor.

El candidato Madrazo tuvo una mala y una...

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