Juan García de Quevedo / Este año

AutorJuan García de Quevedo

En la próxima elección para Presidente de la República todo, absolutamente todo, será novedad. Tres partidos en igualdad de condiciones de ganar la Presidencia y la experiencia de un gobierno panista en el Poder Ejecutivo.

Novedad al contar con una ciudadanía distinta, más escéptica, más racional y más calculadora en ese juego de ilusiones y esperanzas. Una ciudadanía que en su desencanto por las promesas fáciles, medirá actitudes, propuestas y luchas de los candidatos para decidir su voto. Una ciudadanía dispuesta a cobrar caro (con su voto) a una costosísima clase política.

Ningún candidato tendrá libertad absoluta de movimientos, como estaban acostumbrados; ahora tendrán la vigilancia constante de la sociedad para castigar la irresponsabilidad y corrupción en el lenguaje, el ofrecimiento, la oferta política. Ningún candidato podrá impunemente ofrecernos la solución mágica de los grandes y graves problemas que tiene nuestro País, ni tampoco decirnos que en seis años podrá terminar con la pobreza, la desigualdad, y darnos a los mexicanos seguridad, educación y empleo. Las promesas de campaña tendrán límites claros y precisos. La que viene tendrá que ser una campaña de propuestas concretas y puntuales, indicándonos con toda claridad cómo y a qué costo piensan solucionar nuestros principales problemas.

Se nos ofrecerán visiones distintas de un País que exige prontas soluciones. Tendremos por lo menos candidatos y perfiles a la Presidencia que son caras e historias que representan casi perfectamente a sus formaciones políticas. Que Felipe Calderón representa al panismo es claro, como Madrazo al priismo, ?y López Obrador y su biografía a lo que es el perredismo. Partidos bien representados, sin candidatos sobrepuestos a lo que es el núcleo de su formación política. Evidentemente, también habrá descalificaciones y ataques constantes entre los candidatos. El asunto Montiel y los negocios de los hijos de la Señora Martha Sahagún seguramente será un tema al que López Obrador dará un tratamiento especial porque con él mata dos pájaros de un tiro. Pondrá en evidencia la corrupción pero algo más, la complicidad del PRI y del PAN de llegar a un acuerdo de hermanos en este penosísimo asunto. La corrupción y la impunidad tendrán un lugar destacadísimo en la próxima campaña. Sin piedad alguna, todos se pegarán con todo, poniendo en evidencia las malas costumbres y prácticas de nuestra clase política. Este será el tema y el tono que dominará la próxima...

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