Juan García de Quevedo/ Primer Informe

AutorJuan García de Quevedo

Fox se propuso ser serio y casi lo logra completamente. Salvo su pequeño desliz romántico y comercial, todo parecía indicar que Fox sería asombrosamente ortodoxo. Por momentos recordé el estilo del viejo priísmo, de un optimismo sin límites donde lo único imperfecto de la obra de Gobierno era debido a nuestra "naturaleza perfectible". Cifras y cifras que comparaban el actual ejercicio con el anterior y, con los datos duros de los millones y los porcentajes, todo demostraba que estamos, ahora con Fox, mucho mejor. Frases tan priístas como: "Mi compromiso con la educación laica y gratuita", la "primera revolución social del mundo", "nuestra herencia liberal irrenunciable" hacían pensar, por su triunfalismo, en la retórica del pasado.

Por otra parte, es significativo señalar que el señor Calderón, jefe de la bancada del PAN en el Congreso, aceptó como fatalidad y hecho duro nuestra interrelación con la economía estadounidense. Es significativo porque, hasta donde recuerdo, el PAN criticaba acremente ese tipo de explicaciones cuando los Gobiernos eran priístas, señalando nuestro sometimiento a la majestad del Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y la economía estadounidense. Antes hablaban de una política de pérdida de soberanía, ahora hablan de fatalidad y vecindad.

En fin, el problema de las Oposiciones es que todo su discurso pasado se revierte contra ellas en cuanto llegan al poder.

Lo cierto es que el Presidente Fox se dedicó a dejar de ser controversial y polémico y buscó un discurso que dejará contenta a la mayoría, imponiéndose un nuevo estilo. Estar en lo más álgido de la controversia cada que toma la palabra desgasta, y desgasta mucho. En este Primer Informe de Gobierno hay que agradecerle a Fox que haya dejado el lenguaje y las ocurrencias de candidato y se haya vestido de Presidente. No vociferó contra el pasado en los términos acostumbrados porque con el tiempo ha descubierto las fatalidades del poder, y como bien -pero muy bien- dijera Beatriz Paredes: "A los hombres los propósitos los significan, pero los hechos los califican".

Fox no pudo resistir a la tentación del primer año, donde el ánimo esperanzador nos recuerda la posibilidad de recuperar el paraíso perdido y vivir en la felicidad eterna. Lo que yo no he podido ver es ese otro México económico que está naciendo por la fuerza irresistible del humanismo social; tampoco he logrado entender en qué consiste esa nueva concepción de la vida económica panista que tiene...

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