Juan Enríquez Cabot / ¿Qué sigue?

AutorJuan Enríquez Cabot

Uno nunca sabe... Pero sí puede uno discernir probabilidades. Y las probabilidades de una seria crisis económica crecen y crecen. Si hace un par de semanas los focos amarillos parpadeaban con creciente insistencia, hoy los focos rojos ya ni parpadean, solo se mantienen prendidos sin cesar. Es como aquellas escenas donde se apagan todas las luces del submarino, las explosiones se acercan más y más, las alarmas aúllan y el bote se va a pique.

No solo es que el secretario del Tesoro Geithner intenta desesperadamente bajar las tasas de interés de largo plazo, usando deuda de corto plazo para comprar bonos, de su propio país, a 10 años. Tampoco basta que la nueva directora del Fondo Monetario Internacional grite que no tiene los recursos necesarios para enfrentar esta crisis. O que un funcionario alemán renuncie antes que seguir enterrando a su país y su economía en el fango del sur de Europa.

El problema es que se acumuló, durante décadas, demasiada deuda y prebendas. Uno ve los efectos de un sobreendeudado consumidor, y de gobiernos que le dieron, y dieron, y dieron, en lugar tras lugar. Y el problemita de fondo es que en economías como la de Estados Unidos, el consumidor representa el 70% de la economía... El jueves Federal Express anunció que va a recortar entregas y personal porque la demanda se desploma. Y este desplome está ocurriendo inclusive en Asia, uno de los pocos motores con potencia real que quedan dentro de la creciente depresión mundial.

En vez de reestructurar y reducir la deuda en serio, tanto Estados Unidos como Europa siguen aplicando banditas cada vez más costosas. No bastó un macroprograma de rescate para los bancos. Ahora intentan lograr lo mismo con los precios de bienes raíces. Y no es todo. La Reserva Federal de Estados Unidos abrió la ventanita para cubrir modesta fuga de capitales de la banca europea hacia dólares. Pese a esta medida el costo de intercambiar deuda en euros por dólares se ha multiplicado por cinco en los últimos meses. ¿Y quién es el horroroso especulador que aparentemente abandonaba el euro para comprar dólares? No pos hay indicadores de que fue la misma banca europea, con la lana de sus clientes... http://streetlightblog.blogspot.com/2011/09/europes-banking-system-transatlantic.html

Hay cada vez menos confianza no solo en Grecia y su capacidad de pago, sino en Europa y el euro mismo. Y cuando el problema ya no son solo las economías marginales de la eurozona sino los países centrales, entonces sí...

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