Juan Enríquez Cabot / Restos y retos...

AutorJuan Enríquez Cabot

Caray, qué fin de semana tan divertido, dominado por historias de matones, políticos, policías, maestros, apostadores, guerrilleros, tijuanosaurios, periodistas, acusadores y encuestadores. Pero aun tomando en cuenta toda la diversión que provee la fauna política de chilangolandia, Oaxaca y la frontera, incluyendo las apariciones macabras del EPR, El Hank y La Profe, pues también valdría la pena voltear ojito de nuestro bien ponderado ombligo y reflexionar sobre lo que ocurre en las bolsas de valores del mundo...

Sea Asia, América Latina o Estados Unidos, la última semana fue magno desastre financiero. Quien tiene inversiones se sentía en montaña rusa sin cinturón de seguridad alguno. Fue cambio masivo y repentino. De repente ya no hay crédito, sorry. Hará dos semanas todo corría viento en popa. Récord tras récord roto. Salarios masivos y ganancias por doquier. No hubo, aparentemente, motivo alguno para una tormenta tan repentina. Y capaz que en las siguientes semanas se escucha por ahí un sana, sana y las acciones vuelven a subir. Pero capaz que no y esto sólo fue preludio de algo muy serio.

Pase lo que pase en las siguientes semanas el panorama a mediano y largo plazo es complejo. Hay una serie de factores que van a determinar lo que va a ocurrir; el factor mayor es Estados Unidos.

La deuda de EU crece y crece. No llega, aun, a los niveles porcentuales que mantienen diversos gobiernos europeos, pero Estados Unidos ya es, en términos absolutos y por mucho, el mayor deudor en el mundo. Al igual que México a fines de los sesenta, setenta, ochenta y noventa, el gobierno se ha endeudado a niveles difícilmente sostenibles. Y mucho consumidor hizo lo mismo.

Mientras estos préstamos sean para invertir, no hay fijón. Inviertes hoy para ganar mañana. Pero en general no ha sido así. Mucha gente sacó segunda hipoteca para pagar vacación, nuevo coche o nueva novia. Mientras más gasta, sin generar, el país pierde la credibilidad que tiene en términos financieros. Y al no haber credibilidad, hay devaluación.

En México, cuando se devalúa el peso, todos se dan color. Pierden casas, ahorros, vacaciones, becas, suben precios de básicos y energéticos. No así en Estados Unidos. El dólar se ha devaluado una y otra vez. Pero al consumidor americano esto, hasta ahora, lo tiene sin mucho cuidado. Es país relativamente poco globalizado, la gente habla pocos idiomas extranjeros y el principal proveedor, China, también ha devaluado una y otra vez. Por tanto, los...

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