Juan Enríquez Cabot / Fase 2

AutorJuan Enríquez Cabot

Acabó la primera escaramuza. Ganó el Presidente. Dieciséis narcos con VTP a una de las prisiones más horrendas del planeta. Ahora sigue la Fase II, la cual habría que pensar con cuidado, porque, como dicen los físicos, toda acción conlleva una reacción.

En este caso no va a ser una sola reacción sino más bien una serie de carambolas complejas. Empecemos por la dispersión. No se va a llevar a cabo un solo juicio común. Las acusaciones contra este grupo de malosos son regocijo de diversos fiscales en diversas cortes. Desde Texas y California hasta Arizona y Nuevo México. Esto significa que los juicios, juicios que serán más que públicos, se van a dispersar. Habrá diversos jueces con diversos estilos. Lo mismo fiscales. Habrá quienes traten un caso de volada y colorín colorado. Habrá otros que usen caso para indagar a fondo y elevar perfil político.

Y es que no sólo se extraditaron dieciséis cuerpos. Se extraditaron dieciséis mentes llenas de inmensos archivos de datos. Estos sí son conocedores del teje y maneje de la lana, el poder y la corrupción en México. Saben exactamente qué, quién, cómo y dónde.

En México no había motivo para abrir boca. Algunos eran tan poderosos dentro de la cárcel como lo eran estando fuera. Pos' pa' qué moverle al asunto. Capaz que incluso acaba uno muerto. Y en una de ésas, si uno no habla pero tiene uno datos, cifras y video capaz que hasta se pudiera, algún día, hasta darse una fuguita como la de El Chapo Guzmán.

Pero allá es distinto. Estas cárceles sí son en serio. Viven en minijaula. Vigilados 24 x 7. No salen más que 15 minutos a patio solitario. De a uno por uno. Nunca ve uno a otro reo. Sólo hablan con otro ser humano unos minutos por semana. Todo a través de cristal blindado. Todo grabado. No pos' ésta no es vida y por tanto habría que ver qué se puede negociar...

Y aquí es donde entra en juego el famoso "plea bargain" de las cortes americanas. Dando y dando. La tradición es que a cambio de un mejor alojamiento, o inclusive una sentencia un poco menor, el criminal entrega a otros compinches. Pero, y aquí el meollo del asunto, sólo le interesa al fiscal negociar si el pez que se entrega es mayor al que tiene en su red, y ya están en la red algunos de los capos más grandes. Esto le presenta al convicto pocas opciones...

O el preso entrega a algunos otros capos, asumiendo que tenga información y evidencia suficiente, o tiene que entregar a otra gente... digamos un político muy prominente o un empresario o...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR