Juan Enríquez Cabot / Esclavos

AutorJuan Enríquez Cabot

Pocos en México saben quién es Lucas Benítez. Si buscas su nombre en los tres principales periódicos de México... nobody home. Si preguntas por él en Tlatelolco hoy día te van a ver con cara de "What?... Who!??" Pero en Estados Unidos habrá uno que otro que sabe quién es don Lucas, especialmente entre los mexicanos más jorobados en parajes de Florida...

John Bove escribió un gran artículo, el cual en parte reseño, sobre lo que hace y lo que representa Lucas (ver The New Yorker, abril 21 y 28, 2003). Resulta que a 40 millas de las elegantes playas de Sanibel (donde se pueden recoger hermosas conchas, por cierto), hay un pantano. Y en medio de ese pantano Lucas se dedica a liberar esclavos...

Cuando vayas camino a Disney World en tu vocho, no te sugeriría que te desviaras para llevar a tu familia a Immokalee. No es un pueblo particularmente agradable; pero ahí le toca vivir a miles de haitianos, afroamericanos, puertorriqueños, guatemaltecos y sobre todo mexicanos. Cuando salen a trabajar a las 4:30 de la mañana, se pueden escuchar voces cansadas que hablan zapoteco, tzotzil, tzeltal, náhuatl y mixteco. Les pagan más o menos 4 pesos por cada 15 kilos de tomates que piscan.

Durante los últimos seis años, el Departamento de Justicia ha ganado seis casos contra encomenderos modernos; contra aquellos que mantienen cuasi-esclavos. Gente como Miguel Flores y Sebastián Gómez que se divertían disparándoles a los trabajadores, y cobrándoles más de lo que se paga por una cama en Nueva York por el privilegio de vivir en tráilers dilapidados, apretujados con decenas de personas. (DOJ 97-482). Junto había otros negocitos; Rogelio Cadena raptaba niñas de 14 y 15 años y las vendía en burdeles. Le cobraba a los trabajadores 20 dólares por visita y le pagaba a las niñas 3 dólares; claro, antes de deducir vivienda, comida y abortos. Juan, Ramiro y José Ramos esclavizaban a 700 trabajadores (Miami Herald, 11/agosto/02).

Ahora, en parte gracias a los fundadores de la Coalición Immokalee, algunas personas empiezan a darse cuenta de lo que ocurre, y el gobierno de Estados Unidos empieza a actuar. Lucas y su equipo están dispuestos a jugarse la vida... por gente que no conocen, que no les pueden dar nada. Han sido más que eficaces. Durante los últimos tres años se han triplicado los casos contra quienes esclavizan dentro de Estados Unidos y hay 125 investigaciones pendientes.

Pero perseguir criminales es difícil, especialmente cuando la víctima le teme lo mismo al...

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