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Juan Ciudadano / Pemexgate I, II, III, IV...

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Vincent
AutorJuan Ciudadano

Desde el inicio de la vigencia de la Ley de Transparencia, Pemex ha sido de los órganos estatales más resistentes a la apertura.

El instinto de cualquier director de una empresa en muchos sentidos impresentable como Pemex es tratar de evitar que entre la luz del sol.

Por eso se siguen escondiendo lujos de sus directivos, facetas de la relación de la empresa con su sindicato, negligencias en el mantenimiento de su red de oleoductos, contratos con proveedores y un largo etcétera.

Asumiendo buena fe de los últimos directores previos al actual, la lógica parece ser: primero asear la casa para dejarla más o menos presentable y luego abrir sus ventanas al escrutinio público.

Claramente, no ha funcionado. Ni actuando de buena fe (por partir de la premisa que les es más favorable) hay alguna evidencia empírica que apunte a la opacidad como prerrequisito para corregir el rumbo.

Todo lo contrario, tan crónica es la corrupción a toda la estructura de la petrolera, que por una razón u otra, los tres ex directores más recientes han terminado entre abogados que los ayuden a escapar de las redes de complicidades que los terminaron atrapando o, al menos, embarrando.

Al aferrarse a operar la empresa resistiéndose a transparentar -evitando la vigilancia y evadiendo una verdadera rendición de cuentas- lo que hacían sus últimos directores era tejer una soga que terminaría en el propio cuello.

Manejar Pemex desde una caja negra debilita. Poca transparencia es vulnerabilidad a los chantajes y presiones que llegan de todos lados.

Además, ¿cómo decirle que no al sindicato en los años de las ganancias extraordinarias, cuando, incluso, quienes desde la sociedad se pudieran oponer, están lejos de tener un panorama claro de lo que sucede al interior de la empresa?

No está de más hacer memoria y recordar que Raúl Muñoz Leos, primer director de Pemex en el sexenio de Vicente Fox, se estrenó prometiendo una reestructuración que liberaría 3 mil millones de dólares de gasto innecesario. ¿Y quién le iba a exigir que cumpliera? ¿Cómo se iba a dar seguimiento a los supuestos recortes?

Muñoz Leos, metido en la...

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