Juan Ciudadano / Los maestros comisionados

AutorJuan Ciudadano

Durante el reciente proceso de aprobación presupuestaria, los legisladores trabajaron entre la presión de gobernadores por más recursos y los reclamos sociales por austeridad en el gasto antes de sacarle más recursos a los contribuyentes.

Entre estas presiones cruzadas, los diputados encontraron una manera de salir por en medio: anunciar reglas de fiscalización más estrictas en paralelo a la asignación de más recursos para diferentes partidas presupuestales. Entregar el cheque, pero mostrando los dientes de las instancias fiscalizadoras parece ser la nueva fórmula.

Asumiendo -sin conceder- que el incremento presupuestal se justifica, el equilibrio buscado al dar más, exigiendo mejores cuentas, parece razonable. Salvo por el hecho de que este tipo de anuncios ya se hicieron en anteriores ciclos fiscales, las instancias gubernamentales que supuestamente darían más información ya incumplieron, y al final no pasó nada.

De hecho esta es la historia de cada año en el sector educativo.

Un par de notas de Sonia del Valle en Reforma la semana pasada ponen al descubierto la maniobra de volver a patear hacia adelante la obligación de la SEP de exigirle al SNTE, o a las autoridades educativas locales, explicaciones específicas sobre cómo se está usando el gasto educativo, una parte del cual hasta hoy permanece como un misterio.

Hace unos días la Cámara de Diputados aprobó 14 mil millones de pesos adicionales para el sector educativo para el 2010, y en paralelo anunció que endurecería los criterios de trasparencia tanto para la Secretaría de Educación Pública como a las universidades.

Entre estas "nuevas" obligaciones de transparencia está el viejo tema no resuelto de los maestros comisionados a actividades del SNTE. Hay que empezar por explicar lo más básico: cuántos son, quiénes son, qué hacen, por cuánto tiempo, en qué estados, dónde está su centro de trabajo.

Adicionalmente la SEP estará obligada a esclarecer, en equipo con los gobiernos estatales, el inventario de plazas federales y locales, para después vincular cada una de estas con los docentes que las ocupan. Se trata de cotejar sueldos de maestro, supervisor, personal administrativo o director de escuela, con las tareas que de hecho se llevan a cabo.

Todo esto suena muy bien, pero valdría la pena empezar por hacer que se cumpla lo prometido para el...

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