Juan Ciudadano / Cheque en blanco

AutorJuan Ciudadano

Sigue ganando terreno la idea de que la inseguridad se combate regresando a las épocas en que la opacidad sobre lo público daba los espacios que requiere el Estado para actuar. Frente a la desesperación por ver a un Estado capaz de ganar la "guerra" al crimen organizado, muchos ciudadanos parecen dispuestos a acceder.

Tomando por bueno el ánimo gubernamental del momento, que va permeando en parte de la sociedad, el argumento oficial iría por el lado de reconocer que el País está que arde y, por lo tanto, no es momento para reclamar transparencia. Por el contario, es momento de darle a los tres órdenes de Gobierno márgenes para "hacer su trabajo"; a cambio recuperarán para nosotros al menos un poco de seguridad.

Pongamos a prueba la idea en decisiones reales: ante el cese de elementos de seguridad por sospechas de corrupción, ¿publicidad o secreto en la identidad de los elementos cesados?

El Gobierno de Nuevo León, por ejemplo, decidió hace unas semanas dar de baja a 86 policías porque se les perdió la confianza, es decir, por sus probables vínculos con criminales.

"¿Quiénes son?", se le preguntó a la autoridad; "no te digo", fue la respuesta.

¿Cuáles son las premisas bajo las cuales este secreto pudiera llegar a ser defendible?:

  1. Cuando tenemos absoluta confianza en el profesionalismo para la investigación criminal de las autoridades y estamos seguros que a todo policía vinculado con el crimen organizado se le probará su delito y terminará condenado, no libre en la calle.

  2. Cuando en el improbable caso de que a algún sospechoso no se pueda probar delito, pero sobre el cual subsistan sospechas sobre su lealtad, se le dará seguimiento al caso de forma tal que no esté en posibilidad de atentar contra nuestra seguridad.

  3. Cuando el Gobierno por iniciativa propia salga a decirnos cuáles fueron sus errores alrededor del paquete de policías cesados.

  4. Cuando confiamos que aun en la oscuridad se respetarán los derechos de los inculpados y se les seguirá un proceso judicial libre de fabricación de pruebas.

    Bajo estas premisas, ¿para qué la transparencia?, ¿para qué agobiarnos gratuitamente?

    El problema es que este Gobierno no existe sobre la Tierra y estas premisas parten de la ingenuidad más absoluta.

    La democracia es un sistema diseñado sobre el principio del derecho del ciudadano a sospechar -en tanto soberano original- en gobernantes imperfectos. Pensada para estos...

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