Una joya rodante

AutorWillebaldo Nava

La Fórmula Uno no sería nada sin la potencia y tecnología que hace alcanzar altas velocidades a los autos.

Cada vehículo que forma parte de la máxima categoría está científica y mecánicamente diseño para optimizar cualquier rendimiento que, sobre los trazados del serial, puede resultar la diferencia entre el triunfo y un segundo lugar.

El diseño exterior es un elemento que cautiva por la combinación de trazos elegantes y definidos con detalles que otorgan un toque poderoso y moderno, los cuales eclipsan las miradas de los seguidores alrededor del mundo.

Pero más allá de la imponente estética externa, el motor es una pieza primordial en el desempeño del auto. Este se ubica en la parte posterior de la cabina del piloto, sobre el cual está colocado un ducto que permite la ventilación para mantener el equilibrio en la temperatura del vehículo.

Al frente, los pilotos gozan prácticamente de una computadora que desmenuza toda la información que se genera en el auto durante la carrera, como datos de telemetría para supervisar la el rendimiento, la aerodinámica, y detalles como el aceite, adherencia de neumáticos o los mismos frenos.

Una parte fundamental de todo vehículo es la zona conocida cono el cockpit, la cual está diseñada ergonómicamente para permitir la máxima comodidad del piloto, además de que debe ofrecer la protección del tripulante ante cualquier eventualidad que ponga en riesgo su integridad.

Y lo más importante de un auto de F1 es alcanzar la máxima velocidad en el menor tiempo posible y con el mejor rendimiento.

Esa tarea recae en el equipo especializado de ingenieros quienes trabajan meses completos en los laboratorios para optimizar el funcionamiento al máximo de cada auto considerando el...

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