Nosotros los jotos / Pocas cosas nos quiebran

¡Me haces preguntas muy fresas! La queja de Érikah Villegas Hernández tiene un acento regio atenuado, pero conserva lo que más me gusta de la bonita gente de Monterrey: ¡Su claridosidad!

La primera desilusión de la trabajadora sexual y activista, que hace 25 años emigró a la Ciudad de México, fue que yo no iría a la oficina de la asociación civil que preside, Agenda Nacional Política Trans de México, sino que la entrevista sería vía telefónica.

Es por la contingencia sanitaria, le expliqué en un tono, sin duda, muuuy Rosita Fresita. Y con la modulación de un niño regañado prometí visitar su sede y hacer fotos cuando sea seguro para todos.

Érikah quería que la mirara en acción, y a mí también me habría encantado verla armando y distribuyendo, con la ayuda de otras mujeres trans, despensas para sus colegas de oficio, afectadas por la Jornada Nacional de Sana Distancia.

El #QuédateEnCasa, que todas las noches nos receta el guapito doctor López-Gatell actualizando la cifra de muertos por coronavirus, no solo les ha reducido la clientela, sino que muchas se han quedado pero sin dónde hacer la cuarentena debido al cierre de los hoteles que habitaban y usaban para trabajar.

A 250 las hemos acomodado en las casas de compañeras, otras se regresaron a sus pueblos, pero a muchas no les quedaba dinero ni para el camión, así que entre nosotras nos hemos echado la mano, me relató Érikah.

Ella vive con una colega, Lola, y acogieron a una pareja de emigrantes hondureños con un bebé, así que no tuvo espacio para otra compañera.

Mi pregunta de cuánto ganaba en promedio una trabajadora sexual antes del Covid-19 y ahora, pareció incomodarla: No te puedo contestar, lo que cada una cobra depende de muchas cosas, como si la chica está muy operada y tiene que recuperar la inversión, y hay veces que se gana bien y otras que se gana mal.

También está el factor años, que desfavorece a las mujeres de la tercera edad, un grupo al que la asociación ha puesto atención en ayudar incluso para activar las tarjetas que les repartió, con mil pesos, el Gobierno de la Ciudad de México.

Sí es la primera vez en la historia que las trabajadoras sexuales tenemos este apoyo, reconoció la norteña, pero son solo mil pesos (por tres meses), que puedes usar en supermercados, no en mercados populares, y para activarlas necesitas tener un celular, bajar una aplicación y cumplir requisitos, lo que no es tan fácil para todas.

Conversando entramos un poco más en confianza y Érikah me reveló...

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