Nosotros los jotos / Mujercitos en resistencia

Yirán Doney apoya el codo derecho en su pierna cruzada y sostiene en alto el cigarro con la muñeca caída. Blusa y saco ligero coordinados con un pantalón blanco, lleva las uñas largas, muy cuidadas, y el fleco de su corta cabellera enmarca unos ojos negros, hermosos. Posa apoyando el otro brazo en el hombro de Nayelli que, como diva, se tuerce hacia La Rarotonga, de cabeza a la afro.

El trío de 17 años está sentado en un sofá. Imposible saber si el fotógrafo las captó antes de ser detenidas por la policía o ya en la comisaría de Zamora, Michoacán. ¿Su delito? "Engañar" a los clientes de un prostíbulo porque no son "mujeres cabales" sino "mujercitos", hombres que "reniegan de su sexo" -¡oh, escándala!- y usan prendas femeninas.

Esta imagen en blanco y negro apareció en "Alarma!", el semanario de nota roja fundado por Carlos Samayoa, que en su primera etapa (1963-1986) se dio gusto publicando infinidad de escándalos protagonizados por "individuos de raras maneras", que "asqueaban" a la sociedad decente con sus "instintos equivocados".

Fueron en total 286 historias, precisa Susana Vargas, relativas a "orgías", algunas riñas entre damiselos celosos, e incluso bodas con velo inmaculado, novio conmovido y madrinas de nombre despampanante: Isela la Piraña, La Motivosa, Ojazos de Tentación...

Susana se dio a la tarea de rescatar tales historias revisando más de 2 mil ejemplares de "Alarma!", y analizarlas para su tesis doctoral en filosofía e historia del arte. Consciente de que había que dignificar a estas personas, hizo un libro fascinante con fotos y reproducciones del semanario, que acaba de lanzar Editorial RM.

Se titula precisamente "Mujercitos", término creado por Samayoa para referirse a las entonces también llamadas "vestidas" que hoy debemos tratar con respeto como travestis o transexuales (según sólo gusten de usar la ropa del sexo contrario o se hayan operado para cambiarse el propio).

"Dado el tipo de cosas que publicaba 'Alarma!', me sorprendió que las notas no fueran de crímenes contra homosexuales", me cuenta la autora. "Lo que menos me esperaba era encontrar fotos de mujercitos posando y con historias que...

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