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Nosotros los jotos / El master baila cumbias

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Vincent

En camisa de fuerza y pantalón surcado por cierres, Lybica recibe a sus invitados. Esta noche de sábado el esclavo lleva los ganchillos de las mangas libres porque es su fiesta de cumpleaños y debe corresponder a los abrazos que le dan lo mismo compañeros bugas de trabajo que colegas de filia enfundados en piel.

Pero en el cuello y los pezones ostenta sus queridos candados y está descalzo en sus chancletas, signos de la sumisión que le gusta vivir.

Apolo, su amo, lo deja hacer y de vez en cuando saca su negro látigo para recordarle quién manda. El gato salvaje -Felis silvestris lybica- bebe whisky en las rocas, aúlla de alegría agitando los brazos y canta la música ochentera que suena en El Almacén de El Taller. "¿A quién le importa lo que yo hagaaa?", reta con Alaska y Dinarama.

Recordarás, querido lector, a esta inquietante pareja de la crónica "El amo y su lindo gatito". Después de la horchata leather donde los conocí, Lybica me contactó en Facebook y me invitó a celebrar sus 38 años el pasado 15.

Un cumpleaños leather, me dije, será ideal para limpiar la melcocha de San Valentín y quizá me regale la gruesa flecha que Cupido me negó ese día...

"Seré tu amante ban-di-do, ban-di-do", promete Miguel Bosé en los monitores del antro mientras yo choco mi cerveza con el vaso ambarino del cumpleañero. En ese momento llega a estrecharlo un muchacho chaparrito y muy sonriente, con arillos y expansores en ambas orejas, y un corte de mohicano.

Resulta ser el hombrecito mal encarado que con gran despliegue de látigos y cuerdas sometió a su esclavo grandote durante la fiesta de Andros Maso Sado.

--Hola, me llamo Zakhiel. ¿Tú eres el de METRO?

--Sí, master, su humilde servidor- Trato de responder a la altura.

--Apolo me contó algo de la nota; todavía no la leo pero no me gustó eso de "chaparrito mal encarado" o algo así.

--Pues primero léala, master. ¿No me diga que estaba muy sonriente nalgueándose al esclavo?

--Bueno, esa es la actitud de un amo; pero demás de ser severo, yo me caracterizo por tener humanidad.

El gran master de 27 años me cuenta que se dedica a dar masaje antiestrés hasta en la sacrosanta próstata, y con ojos tristes me dice que el día anterior se despidió de su esclavote, quien regresó a Inglaterra para seguir con su...

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