Nosotros los jotos / Marcha hasta el ano... checer

AutorAntonio Bertrán

LAGOS DE MORENO, 15 DE JULIO.- El pito del tren penetró mis somnolientos oídos algunas veces durante la madrugada. Al alba, los pájaros cantan, explotan festivos cuetes y de la cercana parroquia de la Inmaculada se oyen siete campanadas.

Yo amanezco firmes y alegre en este pueblo mágico de Jalisco porque finalmente llegó el sábado de su Primer Marcha del Orgullo LGBTTTIQ. Hace algunas semanas, mi joven colega Jonatan Gallardo convocó en Facebook a los "amigos, conocidos y compillas" de la localidad y sus alrededores a organizarla y participar.

A los cinco minutos ya le estaba reclamando un laguense mitotero: le decía que era un "soberbio" porque al afirmar que sería la primera marcha "demeritaba" lo que antes habían hecho otros ahí mismo, como Cecilio Muñoz y Christian Gomes. Jonatan respondió dándoles crédito y aclarando que en realidad Cecilio, al igual que otro respetable estilista como él, Macario Gómez, lo que organizan cada junio son sendos certámenes de belleza -gays y de mujeres trans como Christian- que incluyen un desfile de los concursantes por las calles del centro, lo cual no es una marcha para exigir derechos y dar visibilidad a la comunidad.

Luego me contó mi cuate que tales eventos, cuya gran final tiene lugar en algún salón privado, no están exentos de lucro y obedecen al gusto de la sociedad local por los concursos del tipo, como Señorita Turismo Lagos, Señorita Fiestas de Agosto y varios más.

Como quiero harto a Jonatan y tengo el propósito firme (hasta donde dure dura la nalga viajera) de apoyar e incluir aquí a las comadres luchonas y propositivas fuera de la Ciudad de México, me apunté para participar. Lo mismo hizo el ajonjolí de todas las marchas, el activista tapatío Jaime Cobián, quien con su humor ácido comentó que, dada la polémica, sería la "Primera Soberbia Marcha".

La tarde del viernes llegué a Lagos y luego luego choqué corazones con Jonatan, a quien hacía un año que no tenía el gozo de estrechar. Me dio un enorme gusto conocer a su novio, Juan Antonio Orozco. Los tres paseamos por las limpísimas calles de la pequeña ciudad colonial, declarada por la Unesco Patrimonio Cultural de la Humanidad.

A mí me encantó la majestuosa sobriedad de la Plaza de las Capuchinas, donde se conserva el templo de las monjas de dicha orden, cuyas esculturas de santas y santos lucen descabezadas, producto de la guerra cristera, según nos explicó mi tocayo, que estudia historia.

Otro patrimonio local que me hacía babear en cada...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR