Nosotros los jotos / Manifestación perrona

No soy sidoso, vivo con VIH.

Había quedado con Joseph Vázquez para encontrarlo el viernes en la puerta de los leones del Bosque de Chapultepec, y hacerle una entrevista. En enero, el músico de 29 años fue elegido alfa de alfas de la Comunidad Puppy Mexicana, esos camaradas que tienen el fetichismo sexual de adoptar el rol de juguetones cachorros, con máscara, correa y toda la ondita ladradora.

La cita a las 12:30 horas me quedaba de maravilla porque a las 10 participaría en una segunda manifestación por el desabasto de medicamentos para el VIH, frente a las oficinas del IMSS en Paseo de la Reforma. Muy temprano, Joseph me avisó que estaría libre toda la mañana y proponía vernos antes, pero a mí se me ocurrió invitarlo a la protesta pacífica, que también sería un memorial por quienes han muerto a causa del sida a lo largo de las décadas.

Nunca he estado en una protesta, me confesó Joseph, cuyo nombre perruno es Beissen (tarascada o mordida de perro, en alemán). Tras enterarlo de la dinámica, aceptó diciendo que trataría de llegar a tiempo.

Llegó hacia las 11, con su máscara perruna bien puesta, y saludó sin asomo de timidez a los poquitos que ya se manifestaban frente al edificio; luego se acercó adonde yo tomaba fotos, para abrazarme.

Silencio es igual a muerte, fue la pancarta que le pasaron al Señor Cachorro. Era el lema de la manifestación convocada por el mismo puñadito de activistas de VIHve Libre e Inspira Cambio, que el viernes 21, indignados ante la indolencia de las autoridades del IMSS al declarar que solo faltaba surtir el 3.6 por ciento de las recetas (¡equivalente a casi 3 mil derechohabientes!), intervinieron con pintas rojas las esculturas de la fachada del IMSS y rompieron los vidrios de sus puertas (que al otro día fueron restituidos).

Pocos minutos después de las 10, cuando nos empezamos a concentrar esta vez con flores blancas y veladoras para hacer una ofrenda, cuatro funcionarios del Seguro Social salieron, cautelosos, a saludarnos. No pude dejar de sonreír al ver que, como estrategia conciliadora, los acompañaba el guapo de Ricardo Hernández Forcada, una comadre reconocida en la comunidad por su trabajo de casi dos décadas en la Dirección del Programa de VIH de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

Desde marzo del año pasado, Ricardo se encarga, en el IMSS, de la atención a casos especiales e información y supervisión delegacional, pero durante la manifestación fungió como damo de compañía porque quienes dialogaron...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR