Nosotros los jotos / Lalo, su hipocorístico

AutorAntonio Bertrán

Moría de ganas por tener a Lalo Santos encueradito para Nosotros los jotos. Hicimos una cita hace algunos meses que el actor porno canceló el día previo sin explicación alguna. Yo no me lo tomé personal y pensé que así son las divas del cipote para calenturientos: impredecibles e inalcanzables (aunque se trate de amateurs). ¡Me equivoqué!

En su bicicleta, Lalo llegó a nuestra nueva cita puntual, el miércoles. Él fue quien retomó el pendiente tras regresar, me explicó, de pasar una temporada en su tierra natal, Oaxaca. A mí me pareció ideal para presentártelo ya, querido lector, tras dos semanas de nota roja con el gotero de Grindr, a quien el subprocurador de Averiguaciones Previas Centrales, Marco Enrique Reyes, ¡aún no le echa el guante!

Además, el cumpleaños 33 de Lalo, el próximo 27, era el pretexto ideal para festejarlo y festejarnos con su vida y cachondería.

Me dio mucha risa que es de signo Virgo este morenazo de fuego, cuya cuenta de Twitter (@LaloOaxaca) abunda en videos donde muestra en orgullosa acción un miembro pre-cio-so y llenador, que tentaría hasta a la virgen de su signo.

"Yo soy bastante emocional, muy entregado con todo lo que hago, ya sea trabajo o sexo, que me gusta que dure varias horas", empezó Lalo con las confidencias.

También es muy entregado al estudio, lo cual derriba el cliché de que quien hace películas porno nomás tiene bonitas nalgas o buena broca, y carece de recursos intelectuales para abrirse paso en la vida. Lalo es licenciado en Literatura y Lengua Hispánicas por la Universidad Veracruzana, y en la misma institución estudió una maestría en Literatura Mexicana. También fue aceptado para continuar con el doctorado y tiene tres novelas en proceso de escritura.

Al explicarme que en su lugar de origen, Santa Cruz Amilpas, un municipio conurbado de Oaxaca capital, a los Gerardos como él les dicen Lalo, me enseñó una palabra: hipocorístico. Tuve que ir al diccionario para aprender que se refiere al nombre que en forma diminutiva, abreviada o infantil se usa como designación cariñosa. Y viene de un término griego que significa "acariciador".

"Una maestra de letras nos decía 'Mis corazones, yo solo les pido una cosa, que cuando salgan de la carrera por lo menos sepan lo que es un hipocorístico'", me explicó.

"Y que lo enseñen por el mundo", agregué yo.

Cómo fue, se preguntará alguna beata poniéndose la mantilla, que tan valioso muchacho cayó de la cumbre de las letras a los abismos impuros del porno. Por...

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