Joshua Kullock / Termómetro del absurdo

AutorJoshua Kullock

Hay comparaciones que son absurdas. Pero entre todas las comparaciones absurdas, una de las que se lleva premio es aquella que compara al sionismo con el nazismo. A veces no sé si quienes hacen uso de este tipo de paralelismos son cínicos o si simplemente no saben lo suficiente de historia. A veces me parece que los voceros de estas palabras son hablados por relatos que los trascienden, y de alguna manera terminan siendo usados por intereses ajenos a ellos, aun si sus intenciones originales de bregar por un mundo más justo eran sinceras.

En algo de todo esto pensaba cuando me contaron la semana pasada sobre una manifestación que tuvo lugar aquí en Guadalajara, repudiando a Israel y defendiendo a los palestinos. Entre los asistentes había muchachos con carteles que asemejaban la bandera de Israel, pero en lugar de la estrella de David, en el centro de la bandera se encontraba una esvástica.

Todos saben que en días pasados la situación en Gaza y el sur de Israel volvió a tensarse. Muchos, equivocadamente, aducen que la razón de la escalada fue que Israel mató a uno de los líderes del brazo armado del Hamas. Pocos, por el contrario, recuerdan que durante los últimos años han caído sistemáticamente cohetes a territorio israelí, lanzados desde territorio palestino. Ninguno de nosotros estaría dispuesto a poner en riesgo la vida de sus seres queridos porque a alguien del otro lado de la frontera se le ocurre disparar misiles sin ningún destino fijo más que el de caer y hacer el mayor daño posible.

Aun así, entiendo el desconcierto de la mayoría. Viviendo a miles de kilómetros de distancia tanto geográfica como culturalmente, nos cuesta horrores entender lo que pasa allí. Incluso si podemos desarrollar algún sentimiento de empatía, éste no deja de ser difuso y no encuentra bases sólidas para sostenerse.

Más confuso aún es el hecho de que muchas voces se horrorizan por lo que pasa en Gaza, pero son pocas las que abren sus bocas y corazones para protestar por lo que sucede (y viene sucediendo hace rato) en Siria. Si antes hablábamos de comparaciones absurdas, aquí no deja de ser significativo mencionar que a veces hay más de uno que hace un ejercicio de aplicación de doble moral en donde sólo se le pide a una parte lo que no se le pide al resto.

Sin embargo, lo que particularmente a mí más me duele de todo este duradero conflicto es la facilidad con la que se cae en razonamientos maniqueístas en donde todo pasa a ser blancos y negros. Los de un lado...

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