Joseph E. Stiglitz / Pobres ayudan a ricos

AutorJoseph E. Stiglitz

Es comprensible que el mundo desarrollado no quiera sacrificar su crecimiento por un bien público mundial, sobre todo cuando Estados Unidos, el país más rico del mundo, no parece dispuesto a sacrificar ni siquiera un poco de su lujoso estilo de vida.

Un grupo de países en desarrollo, encabezado por Papua Nueva Guinea y Costa Rica, que constituye una nueva coalición en pro de la protección de las selvas tropicales, presentó una propuesta innovadora, en la que no sólo se compromete a respetar la limitación de las emisiones de gases que provocan el efecto de invernadero, sino que, además, muestra cómo se puede hacerlo de un modo que fomente su desarrollo.

Los países en desarrollo llevan mucho tiempo aportando un bien público mundial: el mantenimiento de activos medioambientales mundiales. Sus selvas tropicales son un inmenso depósito de diversidad biológica y los bosques son sumideros de anhídrido carbónico, que reducen el nivel de CO2 en la atmósfera.

A mediados de los 90 participé en el examen por parte del Panel Internacional sobre Cambio Climático de las pruebas científicas relativas a la magnitud de los aumentos de los gases que provocan el efecto de invernadero y sus consecuencias económicas y sociales. En aquel momento ya había pruebas abrumadoras de que se trataba de un problema grave que se debía abordar y los datos obtenidos desde entonces -relativos, por ejemplo, a la rápida fusión de la capa de hielo polar- han reforzado poderosamente esa conclusión. Una cuarta parte, aproximadamente, de las emisiones de gases que provocan el efecto de invernadero se debe al cambio en los usos de la tierra, principalmente la deforestación, cantidad equiparable a las de las emisiones de EU debidas a la utilización de combustibles fósiles (EU es el mayor emisor de gases que provocan el efecto de invernadero.)

Manteniendo sus bosques ecuatoriales, los países tropicales prestan un inestimable servicio mundial, por el que hasta ahora no se los ha compensado, pero, sobre todo después de la firma del Protocolo de Kyoto, podemos evaluar al menos una parte de esos servicios medioambientales: la captura del anhídrido carbónico.

El Protocolo de Kyoto ha creado nuevos mercados para la compraventa de emisiones de anhídrido carbónico, como, por ejemplo, el Plan Europeo de Compraventa de Emisiones (PECE). Con los precios actuales, el valor de la captura del anhídrido carbónico por las selvas tropicales es equivalente o superior al nivel de ayuda internacional...

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