Josefina Leroux / ¿Es usted honesto?

AutorJosefina Leroux

¿Es usted honesto?, pregunta una prueba de honestidad. ¿Ha mentido, ha robado alguna vez, se ha emborrachado?

La tentación de decir sí en la primera pregunta y negar cualquier alternativa en la segunda ronda es lo que paradójicamente ubica al que responde en la tendencia contraria, es decir, en la falsedad. Porque en la práctica, todos decimos mentiras alguna vez; piadosamente o no; tergiversamos la verdad por distintos motivos. Negarse por teléfono, inventar una enfermedad para justificar una falta en la escuela o en el trabajo es algo común en las personas sobre todo en algunos países.

También robamos. Analizando con toda rectitud, alguna vez nos apropiamos de algo que pertenece a otros. Un hombre me decía cómo usaba el teléfono de su empresa para hacer llamadas de larga distancia, otro usaba el tiempo de su secretaria en asuntos familiares. Un joven muy exigente me confesó que se sentía culpable porque durante las mañanas se tomaba una hora del tiempo del trabajo para leer el periódico tomando café mientras despertaba. Se trataba de una persona íntegra con una conciencia despierta. Raro espécimen en la cultura mexicana, llena de costumbres abusivas del otro, que no significa gran cosa.

Tenemos muy poca empatía y conciencia del bien ajeno. La forma de manejar es una pequeña forma de darnos cuenta.

Es una de las razones por las que el Consejo Nacional de la Publicidad, compuesto por empresarios idealistas que pretenden promover el valor de la honestidad, se han dado a la tarea de lanzar una campaña utópica en los medios de comunicación. Imaginen, combatir la corrupción concientizando sobre la necesidad de ser honestos. ¿Nosotros?, ¿los mexicanos? Casi pudiéramos decir que es una batalla imposible, siendo uno de los países con índices de corrupción tan arraigados.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Corrupción y Buen Gobierno de Transparencia Mexicana, al adquirir servicios públicos ofrecidos por los tres niveles de gobierno o por particulares, los jóvenes que son jefes de familia recurren a la "mordida" el 11.6 por ciento de las veces. En contraste, los mayores de 50 años se valen de la corrupción para conseguir estos mismos servicios en un 9 por ciento. Los más jóvenes tienden a sobornar más que los adultos. Lo que hablaría de una tendencia a incrementar las prácticas corruptas. Más de la mitad de los conciudadanos (el 52.3 por ciento) está de acuerdo con que un funcionario saque provecho de su puesto, siempre y cuando haga cosas...

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