Josefina Leroux / Al revés

AutorJosefina Leroux

¿Por qué persiste la violencia y la inseguridad en nuestro País? Es una pregunta que se hacen desde los más estudiosos hasta los iletrados. El problema es complejo, multifactorial, dicen los primeros; no hay castigo, piensan los que se explican la realidad de manera más sencilla. Ambos tienen razón.

Hace un par de meses una abuela me contó que tuvo que venir a Monterrey a casa de unos parientes porque su yerno se colgó de la luz durante muchos años y recibieron una multa altísima que no podían pagar.

¿Cómo le hizo este hombre para no pagar la luz durante años? Cada vez que un empleado de la compañía de luz intentaba quitarle el diablito le daba una propina.

Pensarán que la sanción es el castigo, pero como la casa está ubicada en el sur del País, la deuda le fue condonada. Lo mismo sucede anualmente en todos los Estados con las multas de tránsito o los adeudos por omisión de pago de impuestos, por ejemplo. Con tal de que paguen se les perdona lo anterior.

Hace poco leí en REFORMA sobre un accidente en la Ciudad de México que causó varios choques y cobró cuatro vidas. El chofer de 19 años no tenía licencia y era la primera vez que manejaba un tráiler.

¿Por qué se atreve alguien a conducir un automotor de semejante tonelaje sin licencia? Porque la compañía que lo contrató lo permite, probablemente porque cobra menos o porque sabe que todo se arregla en México con una lana.

Desde que empezó el nuevo Gobierno, a diario se pregona que será distinto, que ya no habrá corrupción. La enorme incongruencia es que el propio Ejecutivo manda condonar adeudos y perdonar delitos. Evitar el castigo a quien delinque es una forma de evadir el cumplimento de la ley, lo que para la ciencia de la conducta son premios.

Y todo lo que se premia aumenta las probabilidades de ocurrencia. Existe evidencia científica y siglos de comprobación.

Un amigo bromeaba con un hecho religioso semejante. "Soy pecador por la gracia de Dios", decía. "Sólo debo esperar a la siguiente indulgencia plenaria donde se me perdonarán todos mis pecados".

Vivir las consecuencias de tus actos te permite aprender autocontrol, al menos para evitar el castigo. Todos sabemos que la mayoría de los que cruzan la frontera de Estados Unidos acata la ley, no hace falta ningún proceso de cambio, ni vigilantes.

El secreto a voces es un principio de la psicología conductual para moldear el comportamiento: usar el azar para checar el cumplimiento de...

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