Josefina Leroux / Psicología del elector

AutorJosefina Leroux

La búsqueda del equilibrio en una crisis conduce a la conducta pendular, a un vaivén electivo para remediar los males. Así sucede en la vida afectiva y en la política.

En la elección matrimonial, sin darse cuenta la mayoría de las veces, el novio y la novia escogen a una persona opuesta a sus padres si los sufrieron en la infancia, sin pensar que elegir el perfil extremo también les traerá problemas. Así ocurre en la política. Durante el periodo electoral la ciudadanía intenta equilibrar y evitar los problemas pasados.

El triunfo del movimiento que hoy está en el poder fue provocado por un hartazgo mayoritario de excluidos y ante una corrupción escandalosa. Millones optaron por un candidato de izquierda supuestamente preocupado por los pobres y sin historial de corrupción.

Pero sabemos que, en la práctica, un novio es distinto a un marido, de la misma forma en que un candidato es otro cuando se le otorga el poder, máxime si el poder es absoluto. Ambos prometen y son otros cuando son electos.

La elección que sigue la "ley del péndulo" no garantiza que la siguiente opción funcione mejor. Así ha sucedido en México.

Los mandatarios del pasado tuvieron muchas fallas. No obstante, el proyecto de nación avanzaba, pero hoy, después de eliminarse a algunos de los pilares de la gobernanza, el País está en retroceso.

No valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos. Aprendamos en cabeza ajena hoy que estamos a punto de perder la pluralidad de voces que subsisten, así como las últimas instituciones que quedan para defender nuestros derechos y nuestras garantías.

Gracias a esa democracia que tanto nos ha costado construir tenemos una nueva oportunidad de elegir a quienes nos representarán en el Congreso y a quien habrá de gobernarnos.

El problema son los electores que van a las urnas porque su decisión depende de su nivel de participación reactiva, sumisa o reflexiva en el mejor de los casos.

Hablo del votante reactivo como aquel que fluye con el péndulo y sus emociones, dominado por un cerebro ansioso que le urge salir de un problema. No escucha razones ni se informa, actúa instintiva y defensivamente.

Y tenemos el obstáculo del elector sumiso al que ya perdimos como ciudadano, pues es un rehén de políticos en el poder que le ordenan cómo actuar. Es leal a una autoridad sin darse cuenta que se traiciona a sí mismo, a sus conciudadanos y a su país.

El mejor voto es producto de un pensamiento crítico y reflexivo generado en la parte más evolucionada del...

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