Josefina Leroux / Empresas ideales

AutorJosefina Leroux

Cada fin de año, revistas como Forbes y empresas de recursos humanos como Glassdoor nombran a las compañías más votadas por sus empleados como los "mejores lugares para trabajar" (best places to work), según diferentes rubros como salarios, prestaciones o posibilidad de crecimiento. Entre las ganadoras de 2017 están Alphabet (de Google), Microsoft y Facebook.

En México estamos en pininos respecto a una cultura del trabajo que resulte beneficiosa para todos.

"El trabajo es tan malo que pagan por hacerlo", dice un dicho que traduce el sentir popular ante ese inevitable quehacer humano.

A lo largo del año 2017, escuché a muchas personas quejarse del trato que les dan sus jefes, entre ellas a una a quien le lanza el celular a su cabeza (literalmente) hasta a quienes les solicitan tantas horas extras trabajando que podrían ganarse otro sueldo, aunque esto nunca sucede.

Probablemente los directores de estas empresas no saben acerca de la revolución en productividad generada por condiciones gratificantes.

Se ha encontrado que el progreso y el éxito aumentan con el bienestar, por eso las empresas progresistas se están enfocando a propiciar incluso la felicidad de sus empleados.

Las empresas de tecnología son la mejor muestra de ello, ya que en pocos años sobrepasaron todas las expectativas económicas, no sólo por su innovación en el mercado, sino también por el modelo colaborativo de trabajo y el compromiso que provocan los beneficios que otorgan a sus empleados.

Estas empresas clasificadas como "mejores lugares para trabajar" seducen a los candidatos y mantienen su entusiasmo por pertenecer, logrando que se pongan, desquiten y luzcan su camiseta.

Les cuento mi experiencia. Estando en Silicon Valley la semana pasada, un familiar que trabaja como desarrollador de tecnología me invitó a comer. No fue en su casa o en algún restaurante, sino en su empresa a la que puede llevar invitados.

En un comedor enorme algunos de sus compañeros con sus novias, padres o hijos, se servían en las barras de frutas, ensaladas, comida vegana, cocina oriental, postres y helados.

Luego pasamos al coffee bar, donde tienen más variedad que la famosa cadena que puso de moda la costumbre del cafecito fuera de Europa. Cerca hay mesas de ping pong, billares y videojuegos.

Pero también hay biblioteca, un espacio zen para meditar y divanes para dormir siesta. Por supuesto, cuentan con...

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