José Woldenberg / Tercer acto

AutorJosé Woldenberg

El Pacto por México o el arte de sumar voluntades a través de compromisos explícitos y públicos, sigue ofreciendo resultados. La iniciativa de reforma constitucional en materia de telecomunicaciones firmada por el Presidente y cuatro de los coordinadores parlamentarios de las principales fuerzas políticas (PRI, PAN, PRD y PVEM), puede ser la llave para construir el tercer episodio de las hasta hoy difíciles relaciones entre el Estado y los medios masivos de comunicación (y no solo ellos).

En el primer acto el titular del Poder Ejecutivo apareció de manera reiterada como el dador de concesiones de manera discrecional, a lo cual los concesionarios respondieron no solo con agradecimiento sino también con sumisión. En el segundo acto, fruto de los vientos democratizadores que se vivieron en México, los concesionarios en buena hora ampliaron sus márgenes de libertad, pero en diferentes momentos presionaron y chantajearon a los poderes públicos, como si se tratara de actores que quisieran estar por encima de las normas y las instituciones republicanas. Ahora, la iniciativa enviada al Congreso puede ser la llave para construir un tercer acto en el que exista una pluralidad de concesionarios regulados por la Constitución y la ley a través de órganos colegiados autónomos, no dependientes ya del Presidente.

A la reforma constitucional deberán seguir las reformas legales, la edificación de las nuevas instituciones, los nombramientos de sus titulares, y la puesta en marcha de las políticas correspondientes, para que la promesa acabe por volverse realidad. Falta, falta. Mientras tanto, las reformas constitucionales dibujan:

Un escenario con mayor competencia, menos acaparado, con más opciones. Ni las televisoras ni las telefónicas podrán tener más del 50 por ciento del mercado nacional. Serán licitadas dos nuevas cadenas de televisión y el criterio de asignación no podrá ser solamente económico. Se creará un órgano público de radio y televisión que deberá multiplicar su presencia. Si ello sucede, tendremos más emisores y más oferentes de servicios; un mercado menos monopolizado.

Contaremos con dos órganos reguladores autónomos (no más órganos administrativos desconcentrados, subordinados a secretarías de Estado). La Comisión Federal de Competencia Económica, encargada de eliminar barreras a la competencia y evitar monopolios que podrá ordenar incluso la "desincorporación de activos, derechos, partes sociales o acciones" para lograr sus propósitos. Y el...

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