José Woldenberg / Migrantes

AutorJosé Woldenberg

Las multitudinarias marchas celebradas en distintas ciudades de Estados Unidos en contra del proyecto de "ley Sesenbrenner" (que convierte a los migrantes indocumentados en delincuentes) y en demanda de una política respetuosa de los derechos humanos y con fórmulas para la regularización de los migrantes, expresó con fuerza una realidad que se ha forjado de manera sistemática e ininterrumpida en Estados Unidos: la existencia de millones de personas que han llegado y se han instalado buscando un trabajo decoroso y una vida mejor.

Esas marchas han dado una enorme visibilidad pública al asunto, están construyendo un "sujeto" activo en pro de sus necesidades y derechos y son un acicate para que las autoridades norteamericanas ofrezcan una respuesta. Es un movimiento con profundos nutrientes sociales que ningún mago podrá desaparecer.

Los migrantes, en su inmensa mayoría, son según la jerga en curso "económicos". Es decir, abandonan sus respectivos países -entre los que destaca el nuestro- porque no encuentran trabajo, vías de mejoramiento de su situación material, oportunidades de desarrollo. Y la cercanía de Estados Unidos es un poderoso imán. Esos flujos migratorios sólo podrían ser revertidos con crecimiento económico sostenido de los países expulsores y por desgracia esa posibilidad no parece estar a la mano hoy. Lo más probable entonces es que la migración se siga incrementando. Se trata de una realidad más grande que una catedral y más profunda que el océano.

Por lo pronto, la discusión en Estados Unidos se dará en medio de las más diversas imágenes que los flujos migratorios suelen desatar y que van desde quienes comprenden y/o se benefician de los mismos hasta aquellos que les temen y reaccionan violentamente en su contra. Desde quienes los perciben como mano de obra barata (bien vista por los empleadores y eventualmente mal evaluada por los sindicatos) hasta como una invasión cultural inasimilable, pasando por los que valoran su contribución a la vida productiva o los que temen a las diferencias "raciales", de lengua, de tradiciones, religiosas. Esas percepciones no flotan en el aire. Son fomentadas por muy diversos grupos de interés y por las propias agencias estatales que tienen que ver con los migrantes. Pero más allá de las percepciones existe una realidad inextinguible: millones de personas que buscan mejorar sus condiciones de vida en Estados Unidos.

El solo volumen de los migrantes y sus fórmulas de adaptación a las nuevas...

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