José Woldenberg / El innoble pueblo

AutorJosé Woldenberg

En el mundo del espectáculo una receta infalible para el cantante, actor, cómico o presentador que se enfrenta a una muchedumbre, parece ser la del endiosamiento del auditorio, el elogio del Respetable (¡son ustedes lo máximo!), el encumbramiento del público. Se les dice "son los mejores" y ellos contestan con un aullido de agradecimiento. Quizá también el reflejo mejor aceitado de todo político sea el de elogiar a sus conciudadanos, sus posibles representados, sus bases de apoyo. Referirse a ellos como si fueran el fruto más preciado de la tierra, el catálogo de moralidad más refinado del mundo, el pueblo más virtuoso. Los nacionalismos, además, suelen alimentarse de esa ficción (nosotros somos los mejores, singulares, excepcionales, mientras los otros... ni se diga). En fin, la idea del pueblo como la síntesis de todas las virtudes nos acompaña todos los días... No importa que sea falsa.

Sedesol y el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación se dieron a la tarea de medir las pulsiones discriminatorias que cruzan a la sociedad mexicana. Y sus resultados no permiten echar las campanas al vuelo, más bien son preocupantes. Somos una sociedad discriminatoria, dicho no sólo por quienes resienten esa discriminación, sino también por aquellos que la practican, que la portan como si se tratara de algo natural.

El 94.7 por ciento de los homosexuales, el 94.4 por ciento de los discapacitados, el 94.2 por ciento de las mujeres, el 90.8 por ciento de los indígenas, el 88.4 por ciento de los adultos mayores y el 80.4 por ciento de las minorías religiosas piensan que en México hay discriminación hacia ellos. Es decir, es la percepción abrumadoramente mayoritaria entre los llamados grupos minoritarios. Y a la pregunta más específica de si en el último año el entrevistado ha sufrido un acto de discriminación por su condición, el 42.8 por ciento de los homosexuales dijo que sí. Y esa respuesta se obtuvo también del 32.9 por ciento de los discapacitados, el 31.5 por ciento de los indígenas, el 24.5 por ciento de los adultos mayores, el 21.4 por ciento de las minorías religiosas y el 15.1 por ciento de las mujeres.

Lo anterior lo dicen las víctimas o a quienes se percibe como "grupos vulnerables". Pero cuando se les pregunta a las personas en general si estarían dispuestos a vivir en una misma casa con aquéllos, las respuestas no dejan de sorprender... por lo que expresan de intolerancia, miedo, rechazo. El 48.4 por ciento no permitiría que en su casa...

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