José Woldenberg / ¿IFE vs. INE?

AutorJosé Woldenberg

Hace unas semanas un grupo de estudiantes del ITAM nos invitó a Lorenzo Córdova y a mí a una conversación sobre la autoridad administrativa electoral. E imagino que para "darle sabor al caldo" la titularon "IFE vs. INE". Se trataba de elevar la temperatura del debate y qué mejor que presentarlo como una pelea. Por ello dije, de manera anticlimática, que resultaba muy difícil la comparación. Por dos razones: a) las nuevas tareas y líneas de tensión que debía administrar el INE y b) el ambiente político-cultural en el que ambos institutos desarrollan o desarrollaron sus actividades. Explico lo primero.

Al IFE y al hoy INE se les han venido multiplicando sus facultades y no siempre de manera sensata. Da la impresión que algunos piensan que entre más atribuciones tenga una autoridad más fuerte será. Y no es así. Si esas tareas no son pertinentes tienden a erosionar a la institución. La idea original del IFE era la de una autoridad administrativa encargada de organizar las elecciones. Encomienda crucial que cumplió y cumple a cabalidad. Es más, hoy los eslabones que integran el proceso electoral (casi) no se discuten: padrón, organización, capacitación, PREP y súmele usted, que en los años noventa estuvieron en el centro del debate público, hoy son rutinas bien aceitadas que se efectúan (casi) sin fricciones.

Pero luego se decidió -y pongo solo tres ejemplos-, que el IFE administrara los tiempos del Estado en radio y televisión durante las precampañas y campañas electorales. Lo que ha cumplido sin duda. No obstante, le abrió una línea de tensión con los usufructuarios de las concesiones mediáticas. Ahora, es además el encargado de fiscalizar los ingresos y gastos de campaña no sólo en las elecciones federales sino también en las estatales; además lo debe hacer en un tiempo extremadamente corto porque el rebase en los topes de gasto puede ser causal de nulidad de la elección. Lo que hace que la línea de tensión con los partidos esté más sobrecargada que en el pasado. El INE ahora puede -ojo, es una potestad no una obligación- "asumir, atraer o delegar" facultades de los institutos locales, además de que nombra a los consejeros de los mismos y los puede remover. Lo cual abre una zona de fricciones con esos organismos. Y la lista se puede ampliar sin problema. Sin embargo, se trata de misiones de las que ha salido o puede salir bien librado.

No...

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