José Woldenberg / El dinero de los partidos

AutorJosé Woldenberg

El tema preocupa a la opinión pública, se recrea y debate en los medios, se alimenta de escándalos sin fin, de vez en vez desde el Poder Legislativo se emiten diferentes opiniones, y no hay duda de que se trata de un asunto importante: la relación entre el dinero y los partidos o de manera más general entre el dinero y la política. Es una cuestión que no sólo se discute en nuestro país, sino en todo el mundo, porque esa relación tiende a modelar, en mayor o menor grado, a la actividad política.

Lo primero que hay que desterrar son las visiones ingenuas que nada ayudan, como si el dinero pudiera ser exorcizado. La política y los partidos requieren de recursos para desplegarse y hay por lo menos tres preguntas que en todo el orbe deben ser abordadas con claridad: ¿de dónde debe provenir el dinero para los partidos?, ¿qué montos resultan convenientes?, y ¿cómo debe llevarse a cabo la rendición de cuentas?

1) De dónde. Con la reforma electoral de 1996 se estableció que el financiamiento público sería preeminente en relación al financiamiento privado. Se buscaban tres objetivos: a) transparentar el flujo de recursos hacia los partidos, b) equilibrar las condiciones de la competencia y c) evitar la influencia desbordada de los grandes grupos económicos o peor aún de la delincuencia. Y los resultados están a la vista: a partir de las elecciones de 1997 las condiciones de la competencia se modificaron de manera drástica para ser más equilibradas que nunca. El incremento de los recursos públicos destinados a la financiación de los partidos y su distribución más equitativa permitió una auténtica competencia electoral, imposible de imaginar con las enormes asimetrías que existían previamente.

El "modelo" que establece la preeminencia del financiamiento público es correcto porque nos acerca a los objetivos originales: conocemos, en lo fundamental, de dónde provienen los recursos; las elecciones son competitivas, es decir, equilibradas; y los partidos no tienen por qué depender de fuentes indeseables. Según los reportes del PAN, PRI, PRD, PT y PVEM de 1998 a 2002 la proporción del financiamiento público en relación al ingreso total de los cinco partidos osciló entre el 89 y el 98 por ciento (Luis E. Giménez-Cacho. "La hora de las cuentas", en Configuraciones 12-13. Abril-septiembre de 2003).

2) Cantidad. La discusión más álgida se produce entonces en relación a los montos de recursos que los partidos reciben del erario público. Y en ese renglón mucho se...

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