José Woldenberg / El debate que viene

AutorJosé Woldenberg

Dígase lo que se diga, los debates entre candidatos presidenciales nunca han sido anodinos. Desde el primero que se realizó en 1994 todos han dejado una huella y secuelas importantes para el día de la elección.

Hace 18 años, en el marco de unas campañas en las que se desgranaron, una tras otra, novedades relevantes, se acordó el debate entre los candidatos presidenciales Ernesto Zedillo, Diego Fernández de Cevallos y Cuauhtémoc Cárdenas. Su solo anuncio tuvo un enorme impacto. Su profundo significado no escapaba a nadie (bueno, exagero, las "cosas" importantes cuando no dejan un reguero de sangre o no son traumáticas suelen no ser apreciadas). Por primera vez en nuestra historia los candidatos reconocían implícitamente la legitimidad de sus contrincantes, la pertinencia de encontrarse para debatir, la obligación de presentarse ante el público para ser evaluados en relación a los otros. Fue un gesto civilizador en medio de un ambiente tensionado por el levantamiento armado del EZLN y el asesinato de Luis Donaldo Colosio. Y su secuela no resultó baladí. Fue un ejemplo de convivencia en la adversidad y al parecer Fernández de Cevallos incrementó su caudal de votos.

La importancia del evento puede apreciarse si se piensa que en el pasado inmediato a nadie se le hubiera ocurrido ni siquiera proponerlo. El Destinado a Ganar no tenía por qué voltear a ver a quienes estaban Condenados a Perder, y éstos "jugaban" en una división distinta a la del Ungido.

En el 2000 hubo dos debates. El primero entre los seis candidatos (Fox, Labastida, Cárdenas, Muñoz Ledo, Camacho y Rincón Gallardo) y el segundo entre los primeros tres. Vicente Fox fue capaz de encarnar los vientos de cambio que flotaban en el ambiente y su desempeño en los debates le ganó no pocas adhesiones. Por el contrario, el primer encuentro fue un mal momento para Francisco Labastida.

En el 2006 se programaron dos debates con todos los candidatos (Calderón, López Obrador, Madrazo, Campa y Mercado). La inasistencia de Andrés Manuel López Obrador al primero algo le costó el día de la elección. Y el registro de Alternativa Socialdemócrata en buena parte se debió al desempeño de Patricia Mercado en el primer "agarrón".

Y es que a pesar del formato, de todas las precauciones que se toman para que se desarrollen "bajo control", de los tiempos fijos, los temas pre acordados, los debates siempre resultan interesantes, cargados de una cierta tensión dramática, porque uno nunca sabe en qué momento...

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