Entrevista/ José Woldenberg/ Lo que sigue es reformar el sistema de gobierno

AutorGuadalupe Irízar

Sería un grave error volver a discutir la reforma electoral en el contexto de la Reforma del Estado, considera el Consejero Presidente del IFE, José Woldenberg.

Ese es un tema, señala, que estuvo en el eje del debate desde 1977 hasta el 2000, cuando culminaron con éxito las pasadas elecciones presidenciales.

Woldenberg reconoce que hay pendientes electorales, como la regulación de las precampañas electorales, la discusión de los candados, la definición sobre el Registro Nacional Ciudadano (que en su opinión debería quedar en manos del IFE), e incluso la eventual reestructuración del organismo electoral; todos ellos, sin embargo, bajo la responsabilidad del Congreso de la Unión.

Sin embargo, es enfático al señalar en entrevista que, para él, hoy la prioridad de las reformas está en el sistema de gobierno y en la solución de los problemas de gobernabilidad democrática, "lo que yo llamo una segunda generación de reformas".

Con la experiencia del IFE como organismo autónomo de Estado, el Consejero Presidente se sorprende al saber que el de la autonomía, es uno de los temas de la Reforma del Estado, y señala estar dispuesto a participar en la discusión sobre el tema "si nos invita el Congreso y reclama nuestra opinión".

¿Cómo ve en términos generales la Reforma del Estado y el tema electoral dentro de ella?

A mí me gustaría, en efecto, situar la reforma electoral dentro de la Reforma del Estado. Durante muchos años, desde 1977 hasta la fecha, lo fundamental de la discusión ha sido la reforma electoral. Esto estuvo en el centro y creo que con mucha razón.

Fueron necesarias reformas electorales para dos cosas: para construir un sistema de partidos políticos y para construir un sistema electoral que fuera legal, transparente, imparcial y equitativo. En términos generales estas dos construcciones están a la vista, es decir, las reformas electorales cumplieron su misión y hoy tenemos en el terreno electoral a unos partidos que compiten en ciertas condiciones de equidad y han generado fenómenos de alternancia en prácticamente todos los niveles. Eso está ahí.

Sin embargo, los cambios en el sistema de partidos y en el sistema electoral, forzosamente impactan al sistema de gobierno, y es en esta esfera donde se requiere el nuevo tipo de reformas, desde mi muy particular punto de vista, es decir, problemas de la gobernabilidad democrática que son fundamentales, lo que yo llamo una segunda generación de reformas.

¿Quiere decir esto que lo electoral es perfecto, que no hay nada que modificar? No. Como toda legislación, en su aplicación se van viendo lagunas, problemas, asignaturas pendientes. Pero lo que sería desde mi punto de vista un error sería volvernos a centrar en la reforma electoral.

Creo que los problemas están ahora en otra dimensión, y ahí es donde tiene que centrarse la Reforma del Estado, aunque ciertamente si me pregunta: ¿hay una agenda electoral?, pues sí la hay. Habría que ver el asunto de las precampañas, se ha hablado mucho, el tiempo de duración de las campañas, el tiempo de calificación de la elección, el tiempo que va entre lo que votamos y la toma de posesión del Presidente de la República. Es muy probable que los partidos quieran revisar la legislación sobre coaliciones, las fórmulas, por ejemplo, de impartición o de desahogo de quejas ante el Instituto Federal Electoral. Hay una agenda.

¿Y el financiamiento público a los partidos?

El financiamiento público a los partidos políticos es una de las grandes cosas...

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