José Núñez Castañeda / Patente de Corso

AutorJosé Núñez Castañeda

Un puesto público no es una patente de corso, como lo pretende un grupo de presidentes municipales en funciones, apoyados por un grupo de ex presidentes municipales que renunciaron al cargo para convertirse en senadores y diputados, dejando endeudadas a las poblaciones gobernadas. Pretenden obtener la aprobación de una partida presupuestal, para que usted y todos los que pagamos impuestos acabemos asumiendo el costo de su ineficiencia o su rapacería, con un "borrón y cuenta nueva" que sirva de sepultura a todas las irregularidades cometidas en los gobiernos municipales, sin importar que pongan en riesgo la seguridad de la población, al no pagar los sueldos de los policías ni proporcionar gasolina para las patrullas, como lamentablemente sucede en Naucalpan, en donde también llegó a ocurrir un cierre en las guarderías del DIF municipal, por falta de pago de salarios y en grave violación a los derechos de los niños y de las niñas. Este lamentable hecho amerita ser investigado de oficio por la Comisión de los Derechos Humanos del Estado de México. La alcaldesa olvida que fue presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Legislatura Local.

Una patente de corso fue un documento oficial, expedido por un gobierno legítimo, autorizando el ataque a embarcaciones de otras naciones, pudiendo perseguirlas y saquearlas. El pirata hacía lo mismo que el corsario, pero sin bandera en sus barcos ni documento oficial. Isabel I de Inglaterra, en su rivalidad con Felipe II, expidió patentes de corso para atacar a las naves españolas que llevaban el oro y la plata que extraían de las colonias de América. Con notable ironía...

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