Entrevista / José Ovejero / La delincuencia ilustrada
| Autor | Carlos Rubio |
MADRID.- ¿Hay algo común en autores tan dispares como el poeta francés del siglo 15 François Villon y el novelista Jean Genet, que vivió cinco siglos más tarde?
El escritor español José Ovejero se hizo esta pregunta y, fascinado por los "fuera de la ley", fue descubriendo que sí, que había algo más, y ese descubrimiento le empujó a escribir no una serie de artículos biográficos sobre los autores que respondían cabalmente a esa pregunta, como al principio quiso pensar, sino un ensayo que acaba de publicarse, "Escritores delincuentes", el cual ha comenzado a circular en España y América Latina bajo el sello Alfaguara.
En esta obra, Ovejero (Madrid, 1958) se deja llevar por una curiosidad que él mismo califica de "morbosa", la cual transformó en un lúcido análisis de la relación que hay entre las biografías de un puñado de transgresores de la ley, de Burroughs a Carlos Montenegro, Anne Perry, Karl May, Thomas Malory, Chester Himes, Jeffrey Archer o Maria Luisa Bombal, entre otros, y su obra literaria, y cómo en ambas se entrelazan temas como la culpa, la capacidad redentora -o no- de la escritura, la verdad en la ficción o la mentira en la autobiografía.
El germen de este ensayo, relata Ovejero en entrevista con REFORMA, se encuentra en un breve artículo sobre el tema que hace años publicó en un diario catalán.
"Me había dado cuenta de que autores tan famosos como Jean Genet o William Burroughs habían pasado por la cárcel por haber cometido delitos comunes y esto, que en principio me pareció un dato anecdótico, despertó mi curiosidad por otros autores que habían pasado por una experiencia similar, y también por la manera en la que dicha experiencia se reflejaba en su literatura", dice el escritor.
¿En qué medida la delincuencia es una veta creativa; qué elementos hay que la convierten en un manantial de creación literaria?
Quien ha pasado años de vida marginal y también años en la cárcel y empieza a escribir, es consciente de haber vivido cosas que escapan a la experiencia de la mayoría de los lectores, y que merece la pena contársela.
Además, con mucha frecuencia no se trata sólo de un deseo, sino de una necesidad, la de narrar una vida desgarrada, violenta quizá, en la que el delincuente es por un lado agresor y, por otro, víctima.
Un rasgo común a casi todos ellos, con pocas excepciones, es que en algún momento escriben una autobiografía o una novela autobiográfica; la propia novela se convierte entonces en confesión, no siempre sincera; en...
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