José Luis Lezama / Quadri, mártir verde

AutorJosé Luis Lezama

Por algún motivo, tal vez como parte ya de nuestra cultura política, reflejo quizá de nuestras muy bajas expectativas en materia de calidad de vida, expresión acaso de una idiosincrática resignación ante cualquier catástrofe, pero el hecho es que la causa ambiental, las demandas por el medio ambiente, las que se plantean para enfrentar el severo agotamiento y deterioro de los recursos naturales y de la calidad de vida de millones de personas, aparece en el imaginario de algunos actores de la clase política como algo irrelevante, que hay que añadir a las plataformas partidistas para estar a la moda.

Las ambientales aparecen ante estos personajes como demandas producto del ocio y la frivolidad, o, peor aún, como reivindicación únicamente buena para la simulación, para el intercambio mercantil de favores. La causa ambiental es capitalizada, extraída de sus verdaderos defensores y puesta en el mercado para venderla al que pague más. No sólo se traiciona así la confianza de los ciudadanos y electores simpatizantes de lo ambiental, sino que también se usurpa y negocia con este capital político mediante alianzas o componendas, sobre todo con los dos partidos políticos que dominan el escenario nacional. El PVEM y el Panal son casos ejemplares de estas prácticas. El PVEM, por ejemplo, representa todo menos lo ambiental. En situaciones políticas de alta competencia, en casos en los que los resultados electorales se pronostican como muy cerrados, las lealtades, las alianzas, el voto de partidos como el verde adquieren un precio muy elevado en el mercado. El nacimiento y operación de estos partidos en el escenario político nacional se debe al chantaje, al oportunismo, al deseo de acaparar los inmensos recursos financieros en juego, a la intención premeditada de contrarrestar o eliminar enemigos, a quienes pudieran retar el dominio de las fuerzas políticas que monopolizan el dinero y el poder, sobre todo las que se expresan en los partidos que han gobernado el país en las últimas décadas. Así medraron también el PFCRN y el PSN.

El mensaje que este juego sucio con el voto, y con el voto verde en particular, deja en la ciudadanía es que el medio ambiente es simple escenario para el despliegue de las conductas más mezquinas. No es sólo la imagen de los representantes políticos lo que se deteriora, sino que de paso la demanda ambiental misma resulta ridiculizada, rebajada a un espectáculo denigrante.

La llegada de Gabriel Quadri como candidato del Panal a...

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