José Luis Lezama / La Niña y los Hedge Funds

AutorJosé Luis Lezama

La realidad se empeña en mostrarse enigmática, cuando no confusa o falaz. Así aparece ante nosotros cuando queremos explicar fenómenos de la vida social, como es el caso de las recurrentes alzas de los precios de los alimentos básicos y materias primas en el mercado internacional, lo cual ha puesto a una parte significativa de la población mundial al borde del hambre y la revuelta. En diciembre pasado el índice de precios de Naciones Unidas para estos productos llegó a su nivel más alto desde que fue creado en 1990.

La realidad envía diversas y no siempre congruentes señales a quienes desean, desde la academia o los negocios, explicar las causas de tan severo incremento en los precios de los llamados commodities. Por ello son tan diversos y en ocasiones contradictorios los factores explicativos a los que recurren los analistas para dar cuenta de este fenómeno. Presento aquí tres de estas interpretaciones:

La primera es defendida por Paul Krugman (The NYT, 26/XII/2010). Krugman parece no tener dudas: la subida de los precios de las materias primas y alimentos básicos son simplemente el resultado de la recuperación económica mundial y, sobre todo, del gran crecimiento de los países emergentes, como son los casos entre otros de China e India, quienes no sólo mantienen un gran dinamismo económico que demanda grandes volúmenes de materias primas, sino que además están generando a una numerosa clase media con mayor capacidad de consumo. Este aumento en la demanda de materias primas y alimentos se produce en un mundo con recursos naturales finitos. La consecuencia de todo esto es escasez y aumento en los precios de los productos primarios. Quedan para Krugman descartados el cambio climático, la especulación o cualquier acción deliberada de las autoridades financieras de Estados Unidos para encarecer los productos básicos.

La segunda explicación la brindan quienes ven en la subida de los precios un producto del desabasto de materias primas provocado por las inundaciones, sequías e incendios en diversas regiones del mundo, particularmente en Australia, Sudamérica, Norteamérica, Rusia, Ucrania, Laos y Camboya. Es decir, la crisis de alimentos, desde este punto de vista, sería resultado del cambio climático y de las funestas alternancias entre el Niño y la Niña.

La tercera explicación la ofrece John Vidal (The Guardian, 23/I/2011), quien sugiere que la subida de los precios no es en lo fundamental un resultado del cambio climático, tampoco de una...

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