José Luis Cuéllar Garza/ Santa Chapala

AutorJosé Luis Cuéllar Garza

Por algo es que la historia quiso que la Semana Santa del 2000, la humanidad volteara a ver a esta laguna hermosa que Dios le dio a Jalisco. El estiaje y la mala temporada que han generado una de las peores épocas para este vaso, combinados con la buena suerte de un recolector de piedras y guijarros, hizo que apareciera a flor de tierra uno de esos hallazgos que recuerdan a la raza humana que la Tierra era un paraíso poblado de seres gigantescos, de exuberante vegetación, cielos hermosos y volcanes explosivos, (por cierto, el viernes 14, el Instituto Científico del Telescopio Espacial de Hubble, en Baltimore, estableció la edad del Universo en los 14 mil 500 millones de años, El País, p. 19).

Hace poco tiempo, (a propósito de la inauguración del Museo de Paleontología Federico Solórzano Barreto en el aniversario de Guadalajara, el 14 de febrero), escribíamos de la importancia de la región paleontológica de C apala-Sayula, donde se han realizado los hallazgos más significativos de especies vegetales y animales de la prehistoria. Ahora, ha aparecido aquí, a tres escasos kilómetros del pueblo, un portentoso Mamut (al parecer en magnífico estado de conservación) que, empezamos a imaginar los ignorantes de la materia, sería muy parecido a aquél que ahora se exhibe en las salas del Museo Regional del INAH en nuestra ciudad.

Los técnicos y autoridades se dan prisa para rescatar estas piezas antes de las aguas (que como todos sabemos, llegarán el Día de San Juan, llueva o no llueva), y empiezan a hacer planes sobre su disfrute y exhibición futura. El Gobierno municipal sostiene, comprensiblemente, que los chapaltecas desearían conservar a su nuevo viejo amigo en el museo que algún día debe funcionar en la vieja estación de tren. También deberían pensar en cederlo al Museo Solórzano, que así se vería enriquecido y consolidado. Es difícil encontrar un lugar y un equipo profesional más amorosos e idóneos para este bebé mexicano.

A cambio de ello, ¿qué no podríamos los tapatíos hacer algo más concreto y efectivo para conservar Chapala? Y ya que venimos a visitar al mastodonte, aprovechamos para conocer y disfrutar la famosa Ciclopista que se construyó al margen de la Carretera Chapala-Jocotepec, a lo largo de unos 27 kilómetros. La idea en principio es estupenda y casi de aplaudirse. Baste decir que desgraciadamente, no tenemos algo parecido ni mejor en los alrededores (en Guadalajara subsisten algunos trazos ridículos de lo que serían carriles...

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