José Luis Cuéllar Garza / Las mujeres del Franco Mexicano

AutorJosé Luis Cuéllar Garza

A M.I. y compañía, con admiración.

Hoy que no es Día Internacional de la Mujer, ni de la Madre, aprovecho la Pascua para rendir ferviente homenaje a ese ser excéntrico, sorprendente, mágico, sensible, seductor, maravilloso y desquiciante que se llama mujer.

Para ello, no voy a referirme a la Mujer en abstracto, sino a un género singular de esos seres humanos que controlan (tan discreta como férreamente) el planeta tierra: las madres de familia del Colegio Franco Mexicano de Guadalajara, AC.

Tengo la suerte de que mis hijas hayan estudiado ahí, igual de que el menor curse su bachillerato en ese Liceo. Eso me permite haber vivido unos 18 años de su vida institucional, desde que ocupaba el edificio de Avenida Niños Héroes, hasta que logró construirse un nuevo plantel, imponente, que mira todo el tiempo a La Primavera.

A lo largo de estos años he visto librar así a estas mujeres las batallas que permitieron al Colegio sortear severas crisis, librarse de un sindicalismo obtuso, remontar graves problemas financieros, reconquistar el apoyo del gobierno francés para los estudios locales, restablecer en nuestra Ciudad el bachillerato bicultural con reconocimiento oficial en la República francesa, construir un modelo de gestión participativa de la vida escolar que sustenta su Plan de Desarrollo y en fin, acompañar a la directiva escolar, al profesorado, igual que al Consejo de Gestión en las diversas tareas que hacen una gran institución.

Y aunque todo este quehacer supone ya decenas de horas extraordinarias entregadas voluntariamente cada semana a un segundo o tercer trabajo (recordemos que nuestras heroínas son amas de casa, a más de educadoras, profesionistas, empresarias, funcionarias, investigadoras universitarias o promotoras, contribuyendo al mantenimiento del hogar o siendo cabeza de familia), es todavía mucho más el tiempo que dedican a construir -sigilosa y socarronamente- los eventos más asombrosos y gozosos de estos rumbos.

Ocurre por ejemplo que hace meses, el grupo de bachillerato del que forma parte el ya no tan pequeño Nicolás, acordó emprender un viaje a tierras galas para conocer París, vivir unos días con una familia en Estrasburgo y pisar tierras germanas para practicar la cuarta lengua que estudian. Motivo tan especial no podía pasar desapercibido por esas amazonas que de inmediato discurrieron que había que envolver tan significativa experiencia pedagógica con una serie de actividades que contribuyeran a socializarla y financiar...

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