José Luis Lezama / Petróleo en peligro de extinción

AutorJosé Luis Lezama

Algo que caracteriza a los bienes que provee la naturaleza es su escasez, no su abundancia. El petróleo es, además, un bien no renovable y tarde o temprano se agotará. Algunos establecen el fin, o al menos el de su producción relativamente barata, en un horizonte de 30 a 50 años. Otros consideran escenarios más dramáticos, especulándose sobre su posible agotamiento en plazos menores. Aun con la imprecisión de las predicciones existentes, el petróleo se agotará en uno u otro de los horizontes temporales previstos. Las reservas mundiales probadas dan cuenta de aproximadamente un billón de barriles de petróleo en todo el planeta. De éstas, alrededor del 25 por ciento se encuentran en Arabia Saudita. El Medio Oriente en su conjunto posee cerca del 66 por ciento de las reservas mundiales.

El petróleo es parte fundamental de la maquinaria industrial y de la economía mundial moderna. Diariamente se consumen más de 80 millones de barriles de petróleo. Tan sólo Estados Unidos, China, Japón, Rusia y Alemania utilizan diariamente alrededor de 38 millones de barriles por día. En México se habla de reservas de poco más de 20 mil millones de barriles. Se asegura que la producción nacional menguará drásticamente o desaparecerá en un plazo de entre 10 y 20 años.

El año pasado Pemex se colocó entre las cinco primeras empresas productoras del mundo. Hasta mediados de ese año produjo un promedio de 3.7 millones de barriles diarios de petróleo. No obstante, también en ese año se registraron los primeros síntomas de agotamiento. Cantarell ha iniciado un proceso irreversible de descenso en su producción, la cual podría disminuir hasta agotarse en un plazo de 10 años. Lo que ocurre en Cantarell no es inédito ni en México ni en el mundo. En el mar del Norte y en algunas regiones de China ya se ha iniciado esa misma caída en la producción debido a la extinción del recurso.

La producción petrolera de México no es sustentable por diversas razones. Primero porque se está dilapidando un bien que, al menos moralmente, no pertenece únicamente a los mexicanos de la presente generación. Las del futuro ya no contarán con estos recursos. Tampoco es sustentable en términos de sus impactos ambientales. Todas las regiones del sureste del país donde se lleva a cabo la extracción y aquellas donde se efectúan distintas formas de procesamiento, están profundamente dañadas. Pemex ha sido altamente eficiente en la destrucción de ecosistemas enteros, infectando aguas, aires y suelos y...

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