José Núñez Castañeda / Frutos de impunidad

AutorJosé Núñez Castañeda

Cuando un servidor público se siente protegido y está seguro de que ninguna consecuencia legal puede sufrir, actúa sin ninguna precaución. Así sucedió con un secretario de juzgado y un juez que -sin recato alguno- manejaban cuentas millonarias en sus chequeras de banco. No sentían la necesidad de cuidarse, de utilizar prestanombres, de manejar dinero en efectivo. Lo mismo sucede con el funcionario estatal que alquila maquinaria, luego la compra y después la vuelve a alquilar o con el maestro de escuela que pone a sus alumnos a elaborar propaganda de un candidato y después se da el lujo de protestar frente al Instituto Electoral de la entidad, porque la prensa acosa a sus alumnos en busca de información. Los casos se multiplican, como aconteció en la pasada elección, cuando un servidor público fue captado por cámara indiscreta dando instrucciones de un operativo para lograr votos a favor de un candidato.

Los casos han tenido consecuencias diversas. El juez y el secretario han sido suspendidos y todo indica que pagarán las consecuencias debido a su torpeza. La impunidad no puede ser absoluta y siempre hay excepciones. ¿Cuántas fiestas y despedidas de soltera habrán sido hechas en instalaciones oficiales? No lo sabemos, pero cuando dos de las mujeres que intervinieron en una despedida en un recinto policiaco tienen un conflicto, dos años después viene la venganza y el video sube a las páginas sociales.

Es hasta ese momento cuando la autoridad, que antes lo ignoraba todo, interviene indignada y anuncia la aplicación de todo el peso de la ley.

El caso...

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