José Carrillo/ La edad dorada

AutorJosé Carrillo

En ese contexto, recuerdo haberme visto relacionado en los 80 con un concepto que en ese entonces me pareció muy novedoso.

Específicamente, nuestros socios canadienses habían desarrollado una práctica formal alrededor del tema de "Interim Management".

Dado el esquema de beneficios existente, ejecutivos retirados a temprana edad (50 altos y 60 bajos) o ejecutivos de buen nivel desempleados contemplaban seriamente opciones de empleo de alto nivel en plan temporal.

Esto obedecía a reemplazos repentinos (fallecimiento o enfermedad) mientras se reclutaba al sucesor o regresaba el ocupante del puesto, proyectos, posiciones temporales mientras terminaba el proceso de maduración de ejecutivos destinados a ocupar un cierto puesto (particularmente para empresas familiares), etcétera.

Nos pareció muy interesante y lo intentamos en el DF y Monterrey con malos resultados. El ejecutivo mexicano aparentemente ponía una gran prioridad en un empleo formal, de planta y, si acaso se interesaba, no dejaba de buscar el puesto definitivo. Al encontrarlo, abandonaba el proyecto. Nunca se retiraba por no contar con planes de retiro adecuados.

Por otro lado, el empleador tampoco lo veía con mucha claridad. No es tan fácil convencerse de ocupar o aceptar a un ejecutivo "senior", no de la familia, como mentor. Para proyectos esta bien pero esos se colocan solos, no necesitan al "headhunter".

En 1995, a raíz de la crisis, lo volvimos a intentar en Monterrey con buen éxito en un caso muy interesante. Una empresa con graves problemas, que no era capaz de atraer ejecutivos calificados, del nivel correcto para salir adelante de sus problemas pudo finalmente llenar sus huecos clave en la organización contratando un equipo de ejecutivos "senior", que habían sido independientes y habían perdido sus negocios por la crisis y estuvieron dispuestos a reemplearse bajo ese concepto. Por un lapso determinado, con acceso a un premio al final de su gestión, incluyendo la obligación de reclutar, para la empresa ya fuera de la crisis, a sucesores con un perfil más estándar.

Esa coyuntura fue posible por el efecto de la crisis en pequeños negocios. En circunstancias normales no lo he podido repetir.

El año 2000 ha marcado un fenómeno diferente. Para mí es atípico y aún no lo alcanzo a interpretar en su totalidad. En general ha habido buen mercado; buen movimiento de demanda de puestos ejecutivos. También se han presentado en cantidades importantes ejecutivos de buen nivel (directores...

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