José Luis Cuéllar Garza / Ahijados de Edeprem

AutorJosé Luis Cuéllar Garza

Anoche se clausuró el 23 Encuentro Deportivo de Preparatorias Maristas, EDEPREM, que reúne cada año en Guadalajara a miles de bachilleres. Durante cuatro días, delegaciones de todo México -de Mérida a Tijuana, de Monterrey a Puebla- compiten fraternalmente en distintas disciplinas y despliegan un intenso programa que inunda la ciudad con un oleaje de vitalidad que enriquece a nuestra comunidad.

Los trabajos preparatorios inician años atrás, ya que por una regla escolar los cuadros intermedios del equipo estudiantil de organización se van entrenan a lo largo de su prepa para encargarse del sinnúmero de actividades involucradas: seguridad, relaciones públicas y comunicación, tesorería, eventos deportivos, programa cultural, actividades sociales, hospedaje y transporte. Un laboratorio social para quienes viven esta etapa crucial en la maduración de la personalidad, el arribo a la edad adulta y la formación profesional. EDEPREM tiene como sede al Cervantes Costa Rica, cuna de miles de profesionistas que ahora se desempeñan felizmente en la vida cultural, religiosa y productiva de nuestra región y se apoya en la infraestructura de la primaria Cervantes Colonias y de la Universidad LaSalle.

No se crea que las cosas se reducen a un torneo de encuentros y balonazos programados y a la entrega de trofeos. Este año, por ejemplo, el evento inició con una fastuosa ceremonia concebida en torno a la cultura europea medieval, de modo que vestuario y escenografía se confeccionaron ajustados a la época. ¡Hasta caballos entraron en escena, para asombro de la concurrencia! Luego se siguieron los partidos entre escuadras y a lo largo de la semana una emotiva misa general, la noche bohemia donde ocurren grandes revelaciones artísticas y, claro, un tumultuoso reventón a ritmo de disco en conocido antro, donde se debe haber perdido más de un campeonato a costa de las desveladas. ¡Quién sabe en cambio cuántos noviazgos habrán nacido en tales lances, para bien de la humanidad! Y ayer por la noche tuvo lugar la clausura, igualmente perfecta en logística y escenificación.

Aparte de lo valioso que supone para los estudiantes esta experiencia de trabajo y convivencia, uno de los aspectos más ricos e inesperados que tiene este suceso deriva de la práctica de hospedar a los muchachos con familias que integramos la comunidad del Costa, lo que conlleva el compromiso de alojar, transportar, alimentar y pastorear, para decirlo de alguna manera, a jóvenes y jovencitas durante...

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