José Núñez Castañeda / ¿Cuánta gente es necesaria?

AutorJosé Núñez Castañeda

La burocracia tiene una tendencia al crecimiento. Juárez asumió la Presidencia de la República en pleno apogeo del estado liberal, cuya proclama era "dejar hacer, dejar pasar". Fue la era del estado gendarme, del estado abstencionista, cuya intervención quedaba reducido al mínimo. En aquél entonces, Juárez gobernó auxiliado por cinco secretarios de Estado: Relaciones Exteriores, Guerra, Justicia, Hacienda y del Interior (actualmente Gobernación). No existían organismos desconcentrados ni descentralizados, no había fideicomisos, empresas públicas u órganos constitucionales autónomos. Si dejamos a un lado el número de soldados, la burocracia juarista era menor al número de empleados de Petróleos Mexicanos, el Instituto Mexicano del Seguro Social, el Estado de Colima o los municipios de Naucalpan, Tlalnepantla, Monterrey o Guadalajara.

Los tiempos cambiaron, el liberalismo quedó agotado. La idea del hombre bueno por naturaleza sucumbió ante la realidad y el Estado decidió intervenir con mayor intensidad en la vida de la sociedad. Con posterioridad a la crisis de 1929 la función administrativa se expandió y abarcó lo que antes era impensable. La dictadura del proletariado, establecida por Lenin, llevó al estado totalitario y el aparato burocrático creció de manera exponencial. En la actualidad, México tiene un mayor número de secretarías de estado y de organismos de todo tipo. Hay momentos en que crecen las atribuciones de la administración pública y otros en que decrecen. La banca fue estatizada y la burocracia creció; la banca fue privatizada y la burocracia disminuyó. Pero la burocracia no...

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