José Cavazos López: Siempre recordado

AutorYolanda Salinas Hinojosa

Como un hombre que dedicó su vida entera a la promoción de la salud en el Estado de forma desinteresada y honesta, será siempre recordado José Cavazos López, quien falleció a la edad de 81 años.

Nació en 1934 en Ciudad Victoria, Tamaulipas, ahí estudió hasta la preparatoria, luego viajó a Monterrey y con muchos sacrificios, libros prestados y sin recursos económicos, logró estudiar la carrera de Medicina, graduándose en 1958.

Más tarde se especializó en gastroenterología en el Hospital 21, donde se quedó a trabajar como Jefe de Enseñanza.

Estando ahí fue invitado por el Gobierno estatal para trabajar como Jefe de Servicios Coordinados, y ahí empezó su carrera y sus grandes logros hasta llegar a ser Secretario de Salud de Nuevo León.

No le importaba si la gente tenía o no recursos, a todos les brindó siempre el mismo trato, e hizo todo lo posible por salvar vidas y evitar enfermedades.

Multiplicar centros de salud, consultorios móviles para el área rural, evitar que la gente se contagiara de rabia y que se acabara la poliomielitis durante su administración, fueron algunos de sus tantos logros médicos.

Sin olvidar que por su gran trayectoria, recibió la Medalla al Mérito Sanitario "Dr. Carlos Canseco".

LO MÁS IMPORTANTE: SU FAMILIA

En el año de 1962, José contrae matrimonio con Angelina Samia Guajardo, formando más tarde una familia de cinco hijos; María Teresa, Angelina, esposa de Homero Villarreal Junco; Catalina, casada con Fernando Ricaud; José, esposo de Gina Ibarra de Cavazos, y David Gerardo, esposo de Karina Wolberg de Cavazos.

"Fue un gran esposo, padre y abuelo", dijo su esposa, "dedicó su vida entera a la promoción de la salud, de forma desinteresada y honesta".

Su sentido del humor y sus bromas lo caracterizaban, siempre supo qué decir para hacerlos reír, entre sus pasatiempos estaban viajar, la pesca, la cacería y salir al campo.

"Mi papá primero que nada era médico, y aunque siempre tuvo puestos públicos, nunca dejó su consultorio y atendía pacientes aunque fuera de noche", recordó su hijo David.

Reunir a su familia los fines de semana, era una de sus pasiones, pues además le gustaba cocinarles.

"Lo voy a recordar siempre haciendo una paella gigante para toda la familia", dijo su hija María Teresa", siempre trabajó honestamente y tuvo un genuino respeto por todo ser humano".

Fue un hombre inteligente, añadió David, con un profundo amor por su profesión y su familia, su legado está en sus amigos y colaboradores que contribuyeron...

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