José Núñez Castañeda / Una buena lección

AutorJosé Núñez Castañeda

Fue necesario el reclamo de la sociedad civil, de esa que no está afiliada a los paridos políticos o que si lo está no tiene puestos de dirección ni de representación. Es esa multitud silente que hace volátiles los resultados electorales y suele romper su silencio, actuar y expresar su indignación. A veces su voz no es escuchada, pero su perseverancia y los acontecimientos abren los oídos de quienes sí pueden tomar decisiones, pero muchas veces lo omiten en aras de preservar su poder o de obtener canonjías. Es por esto que mandan leyes importantes a la congeladora o toleran los taxis piratas y protegen a quienes han hecho su modo de vida con la venta de artículos piratas, robados u obtenidos del contrabando.

Las denuncias del Padre Solalinde no fueron escuchadas por mucho tiempo, las quejas de los migrantes se perdían en expedientes de la burocracia. Cuando fueron públicos el secuestro y la matanza de quienes buscaban llegar a Estados Unidos, las voces de protesta crecieron y ello movió a las autoridades. Las fuerzas armadas empezaron a descubrir cientos de cadáveres en fosas clandestinas, lo mismo en San Fernando Tamaulipas que en Durango. La presión nacional creció y también hubo presión internacional. El Congreso de la Unión tomó cartas en el asunto y en tiempo breve hicieron importantes reformas en materia migratoria, con claro énfasis en los derechos humanos de quienes aspiran a tener un mejor nivel de vida. Después se destapó la cloaca, pero hay avances.

Con todas las proporciones guardadas, las...

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